En Argentina mueren 280 personas por día como consecuencia de enfermedades cardiovasculares, y una de cada tres de las que sobrevive a este tipo de episodios padece un segundo evento.
En los últimos 30 años, las enfermedades cardíacas se duplicaron en el mundo, período en el que se incrementaron en un 50% las muertes por este tipo de patologías, alcanzando los 18 millones de decesos en 2019, según el informe Global Burden of Cardiovascular Diseases and Risk Factors.
En América Latina, estas patologías también se advierten como la principal causa de muerte, cifra que se estima en dos millones anuales, y también resultan uno de los primeros factores en provocar eventos que dejen graves secuelas en los sobrevivientes.
Argentina no es la excepción, ya que «en 2017, más de 97 mil personas murieron por afecciones cardiovasculares», padecimientos que están catalogados como «la principal causa de muerte, el 28% del total», señaló Juan Cruz López Diez, cardiólogo y director del Consejo de Arritmias de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) durante el encuentro “La radiografía de las enfermedades cardíacas en América Latina” junto a especialistas de la región.
«El 29% de las personas que sobreviven a un evento cardiovascular, es decir una de cada tres, padece un segundo que lo expone a consecuencias graves en su salud y, a pesar de que en las últimas décadas los avances en diagnósticos y tratamientos permitieron reducir la mortalidad entre un 20 y 30%, en Argentina la enfermedad cardiovascular es responsable de 280 muertes por día«, apuntó el especialista argentino.
Entre las distintas afecciones cardíacas en los últimos años se incrementó el número de adultos mayores de cincuenta años que conviven con una fibrilación auricular (FA), según datos del Ministerio de Salud de la Nación, se trata de una arritmia en la que los latidos del corazón comienzan a generar pulsos irregulares al perder su ritmo normal de funcionamiento.
«A mayor edad, mayor riesgo de desarrollarla siendo de 0,5 en menores de 50 años y va aumentando hasta llegar al orden del 10% a partir de los 80 años», aseguró López Diez, y remarcó que: «algunas personas con fibrilación auricular no notan ningún síntoma, pero entre las que sí notan los más frecuentes son sensación de latidos rápidos, palpitaciones, mareos, disminución de la tolerancia al esfuerzo y debilidad».
(Télam)