La Academia Nacional de Educación se pronunció en contra de la utilización del lenguaje inclusivo. Es porque considera que «complejiza la lengua tanto como su enseñanza».
Además, en tal sentido, agregaron «no contribuye a señalar la igualdad de los sexos sino que, por el contrario, sugiere la existencia de una rivalidad y no de un encuentro fundamental y profundo entre ambos».
En esa línea, desde la Academia Argentina de Letras afirmaron que el lenguaje inclusivo no es un lenguaje, sino «el espejo de una posición sociopolítica que desea imponer un grupo minoritario sin tener en cuenta el sistema gramatical del español«.
«No deben forzarse las estructuras lingüísticas del español para que se conviertan en espejo de una ideología. Pues la Gramática española que estudiamos no coarta la libertad de expresarnos o de interpretar lo que expresan los demás. Lo afirmamos con la convicción de que una lengua que interrelaciona nunca excluye», sentenciaron.