El día viernes por la tarde, una vez que mermó la intensa lluvia histórica en nuestra ciudad, las autoridades del Club Liniers comenzaron a diagramar en la sede de Avenida Alem 1089 un programa de apoyo y solidaridad para los afectados.
Los primeros días cientos de evacuados se alojaron en las instalaciones del Chivo, principalmente en el salón lindero al natatorio y en la cancha de básquet «Hernán Sagasti».
La llegada incesante de donaciones de todo el país, hizo que tuvieran que convocar a más voluntarios para ayudar a descargar los camiones, ordenar y rotular las entregas.
Todo esta solidaridad, dentro de un marco de devastación: su otra «casa», el Complejo Zibecchi, quedó absolutamente destruido. A pesar de eso dirigentes, socios e hinchas en el albor del día y hasta muy tarde en la noche trabajan sin cesar.
Este Club, como tantos otras de la ciudad, son ejemplos del rol social de las instituciones deportivas.
Juntos saldremos adelante.