La Universidad Nacional del Sur atraviesa uno de los momentos más duros luego de la inundación del pasado viernes. Unos 70 mil libros se vieron afectados por el agua, insumos y equipos del laboratorio de Ingeniería, Física e Ingeniería Eléctrica, únicos en el país, quedaron arruinados.
Sin embargo, el rector Daniel Vega y la vicerrectora Andrea Castellanos, le agradecieron a la comunidad que está ayudando a la institución y a la ciudad a salir adelante. «Su aporte, en una situación de catástrofe como la que hemos vivido, es especialmente valioso», manifestaron.
En poco tiempo y a pesar de los enormes daños materiales se han restablecido servicios esenciales para el funcionamiento de la UNS, y se trabaja sin descanso para preservar y acondicionar los lugares afectados y volver a la plena actividad académica.
Cabe destacar que todas las actividades de la Universidad quedaron suspendidas hasta el 31 de marzo.
A la vez, mediante voluntarios, colectas y otras iniciativas, se han establecido dispositivos de acompañamiento y asistencia para quienes han sido más golpeados por esta tragedia a lo largo y ancho de toda la ciudad, una actitud que demuestra otra vez el profundo compromiso y sensibilidad social de nuestra Universidad.
“A los miembros de nuestra comunidad universitaria que han sufrido en sus hogares o familias las consecuencias de la inundación los acompañaremos con todas nuestras posibilidades. Continuaremos en los días por venir trabajando sin descanso para recuperar a la UNS y a la ciudad allí donde haga falta. Siempre lo hemos hecho, y lo vamos a seguir haciendo”, aclararon.