En medio del ritmo acelerado de la vida urbana, muchas personas buscan reconectar con la naturaleza sin salir de sus casas. Las plantas de interiores, más allá de ser elementos decorativos, se convirtieron en un recurso poderoso para favorecer el bienestar emocional.
De esta manera, su presencia en los hogares tiene efectos comprobados sobre la mente: desde reducir el estrés hasta mejorar la concentración y fomentar una sensación de calma duradera. Pese a que a primera vista pueden parecer simples objetos estéticos, la ciencia demostró que influyen directamente sobre los procesos psicológicos de los humanos.
Uno de los efectos que se observaron en estudios científicos es la capacidad de las plantas para disminuir el estrés. Investigaciones realizadas en Corea del Sur por la Universidad Nacional de Chungnam mostraron que el simple hecho de interactuar con plantas reduce significativamente la actividad del sistema nervioso simpático.
Por otro lado, estudios de psicología ambiental comprobaron que la presencia visual de vegetación en un entorno cerrado genera una respuesta de calma en el cerebro. Este fenómeno se explica a través de la “teoría de la restauración atencional”, que sostiene que los entornos naturales permiten reducir la fatiga mental.
Tener plantas también se asocia con un mayor bienestar emocional. Una revisión de estudios publicada en la revista Journal of Physiological Anthropology concluyó que las personas que cuidan plantas en casa tienden a reportar niveles más altos de satisfacción vital y emociones positivas.
El color verde, predominante en la mayoría de las especies de interior, también cumple un rol especial. En términos psicológicos, se lo asocia con el equilibrio y la armonía. De esta forma, se introduce un estímulo que, a nivel subconsciente, remite a la naturaleza y a un estado de tranquilidad.
Asimismo, una investigación realizada por la Universidad de Sanghuh con estudiantes de nivel primario reveló que la exposición a plantas naturales durante un periodo específico tuvo efectos positivos en el estado mental de los chicos.
Otra de las ventajas psicológicas de convivir con plantas tiene que ver con la atención plena o mindfulness. Cuidarlas implica observar detalles, regar con conciencia, limpiar hojas, trasplantar o simplemente detenerse a ver cómo cambian. Y esta práctica puede contribuir a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
Así, incorporar plantas no solo mejora la decoración del hogar, sino que también tiene un impacto positivo en la salud mental. Algunas especies destacan por sus propiedades específicas para aliviar el estrés, aumentar la concentración y promover la relajación:
Lavanda: se la conoce por su fragancia suave, que puede inducir sensaciones de tranquilidad. Es comúnmente utilizada para facilitar el descanso nocturno y reducir la tensión acumulada durante el día.
Sansevieria (Lengua de suegra): además de ser resistente y fácil de cuidar, tiene la capacidad de liberar oxígeno por la noche, lo que mejora la calidad del aire y puede favorecer un sueño más profundo.
Helechos: aportan humedad natural al ambiente, algo especialmente útil en espacios cerrados o con calefacción. Su presencia puede contribuir a aliviar la fatiga y a mantener una respiración más cómoda.
Jazmín: su fragancia ligera ayuda a calmar la mente y a reducir sentimientos de ansiedad. Es ideal para momentos de relajación o meditación.
Palma Areca: contribuye a mantener el aire limpio y húmedo, lo cual puede ser beneficioso para la concentración y el confort en zonas donde se trabaja o estudia durante muchas horas.
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