Fue elaborado por una Comisión presidida por el rector de la UNS, Daniel Vega. Financiará acciones de enseñanza virtual, capacitación, tecnología y conectividad.
“La virtualización de los procesos formativos podrá constituirse en un factor de calidad académica en las universidades, pero esto dependerá del enfoque utilizado para implementarla y desarrollarla, la capacidad de planificación y el grado de convocatoria y adhesión hacia los principales actores”, expresaron los doctores Daniel Vega y Carlos de Marziani, quienes desde la Comisión de Conectividad y Sistemas de Información del Consejo Interuniversitario Nacional.
Los números a nivel nacional son muy alentadoras porque fue aprobado por la Secretaría de Políticas Universitarias y se les asignará 1447 millones de pesos a las universidades nacionales. Se trata del “Plan de Virtualización de la Educación Superior”.
“Las universidades tuvimos una respuesta muy rápida al aislamiento que impuso la pandemia. En la UNS sólo en el primer cuatrimestre se virtualizaron ‘de golpe’ casi 900 cátedras y el gran esfuerzo de docentes y no docentes permitió seguir los procesos de enseñanza y aprendizaje con los matices propios de la situación, pero con continuidad”, valoró Vega respecto a la situación de la casa de estudios bahiense.
“Si pensamos estratégicamente, este escenario representa una oportunidad notable: capitalizar toda esta experiencia y salir fortalecidos como sistema. Pero eso requiere capacitación, tecnología e infraestructura”, evaluó Vega.
“La implementación de nuevas tecnologías significa no sólo una modificación en la metodología tradicional de enseñanza, sino que requiere de capacitaciones docentes específicas que permitan afianzar conceptos vinculados al diseño e implementación de recursos virtuales, de metodologías de evaluación, así como la posibilidad de trabajar con conceptos de aula invertida o laboratorios remotos”, explicaron los promotores de la iniciativa.
Los planes de acción deberán contemplar varios ejes: “Fortalecimiento para el desarrollo de la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación en entornos virtuales”, “fortalecimiento de proyectos de seguimiento y tutorías”, “Fortalecimiento de las herramientas tecnológicas para la inclusión”, “Fortalecimiento de la conectividad” y “Adecuaciones edilicias”.
Los fondos no son concursables –es decir, que las universidades no “compiten” por obtenerlos- pero sí es requisito presentar un Plan de Acción a ser financiado con la partida que fue asignada a cada institución según diversos indicadores. Esto garantiza que el dinero será utilizado para ese fin, ya que por la normativa vigente luego deben rendirse los gastos de acuerdo a ello.