Mientras el mundo respiraba aliviado por la caída del régimen nazi en Europa, la inteligencia de los Estados Unidos manejaba los hilos ocultos de una conspiración monumental que incluyó el salvataje de Adolf Hitler y su traslado protegido a la Argentina. Había llegado la hora de prepararse para la Guerra Fría. Aquí, el primer documento que revela el comienzo de esa historia.
Cuando el telón de la Segunda Guerra Mundial cayó, implacable, sobre la Alemania nazi de Adolf Hitler, marcando la derrota definitiva del régimen y el final de una de las etapas más oscuras para toda la humanidad, se activó un nuevo plan cuyo principal objetivo fue poner a salvo al Führer en la antesala de lo que, poco después, se conocería como la Guerra Fría y daría paso a la lucha sin cuartel de las potencias occidentales contra el avance del comunismo, primero en Europa y posteriormente en el resto del mundo.
Los Aliados contaban con informes y documentos muy detallados y precisos sobre la supervivencia y huida de Hitler (de hecho, ellos eran parte de la conspiración para que eso fuera posible), sin embargo, la palabra oficial se ceñía al incompleto informe que los británicos le habían encargado a Hugh Trevor-Roper, un personaje conocido por su poca credibilidad, y un auténtico pionero de lo que hoy conocemos como «fake news». No por nada, Trevor-Roper era mencionado en reducidos ámbitos de la Inteligencia como «Lord Faker» (Lord Falsificador), algo que lo pintaba de cuerpo entero.
Mediante el escueto (y apurado) reporte de Trevor-Roper, los Estados Unidos y Gran Bretaña pretendieron tapar la boca a Joseph Stalin, el líder de la Unión Soviética, quien sostenía en público que Hitler no solo no había muerto, sino que había escapado primero hacia España y luego hacia la Argentina.
Esto iba en coincidencia con las declaraciones del general estadounidense Lucius Clay, quien hacia mediados de 1945 dijo que el ejército norteamericano aún buscaba al Führer, Eva Braun (esposa de Hitler), Hermann Fegelein (cuñado de Eva), Martin Bormann y a otro alto funcionario nazi cuyo nombre no fue revelado. Todos estaban muertos, según la historia oficial.
Con las evidencias surgidas de las investigaciones del FBI y sus informantes, esos “muertos” dieron la escalofriante sensación (y mucho más que eso) de haber resucitado sin que nadie pudiera explicarlo. Y así quedó en evidencia con el primer documento que la Inteligencia de los Estados Unidos generó al respecto.
Está fechado el 14 de julio de 1945, varios meses después del final de la guerra. Su contenido es tan intrigante como revelador.
Dice el memo de la inteligencia estadounidense:
«Llegada de submarinos alemanes a las costas de Argentina. Circulan varios rumores en Buenos Aires referidos a la llegada del submarino U-530 antes de su rendición. Una fuente de credibilidad desconocida asegura que el 28 de junio un submarino emergió en Puerto San Julián, territorio de la provincia de Santa Cruz, del que descendieron dos personas sin identificar, uno sería un alto oficial y la otra una muy importante persona. Se reporta que el submarino fue reabastecido por un barco en la zona.
Otro informe indica que Hitler fue desembarcado en Argentina alrededor del 20 de junio, que su rostro ha sido modificado y que el mayor del Ejército Argentino, León Bengoa, lo ha escoltado hasta su escondite en una zona del Chaco. Se investigan todos los rumores».
Los rumores, fueron confirmados en sucesivos reportes oficiales. Con más detalles y precisión, se informaría, sin embargo que el destino de los «recién llegados» fue una estancia en la Patagonia.
El primer documento de la inteligencia de EE.UU. sobre el escape de Hitler. Diario26.
El mayor Justo León Bengoa fue miembro del GOU (Grupo de Oficiales Unidos) que orquestó el golpe de Estado y la Revolución del 4 de Junio de 1943, junto a los generales Pedro Ramírez y Edelmiro Farrell, y el coronel Juan Domingo Perón. Durante las presidencias del Líder Justicialista fue uno de sus laderos y luego se pasó al bando contrario, teniendo activa participación en el golpe de Estado de septiembre de 1955 que derrocó -mediante la llamada «Revolución Libertadora»– al presidente constitucional Juan Domingo Perón.
De acuerdo con la documentación existente, hubo tres importantes misiones de submarinos alemanes rumbo a las costas argentinas denominadas “Vuelo del águila” (que incluyó aviones), en 1943; luego la llamada “Tierra del Fuego” (en 1944) y la última, “Ultramar Sur” (en 1945), esta última a meses de haber terminado la guerra.
Las «rendiciones» del U-530 (el 10 de julio de 1945) y el U-977 (17 de agosto de 1945) en la base naval de Mar del Plata, fueron parte de esta última operación del Tercer Reich. Las fechas de sus respectivos arribos al apostadero naval marplatense, hacen perfectamente posible que en una misión asignada previamente, hayan transportado a bordo a Adolf Hitler y Eva Braun junto a otros destacados personajes del nazismo.
El paper que presenta Diario26.com es el primero de una larga lista de cerca de 800 páginas posteriormente desclasificadas por el FBI sobre la supervivencia de Adolf Hitler tras la finalización del conflicto bélico mundial. De esas páginas de sorprendentes revelaciones, cerca de 70 hace mención -con abundantes detalles- a la llegada del Führer nazi a la Argentina.
Las copias adicionales de este memo de la inteligencia de los Estados Unidos, fueron destruidas el 4 de noviembre de 1960; pero la historia no pudo ser ocultada.