«Es difícil para la juventud», dijo en la Mesa Dominguera (93.1) Osvaldo Catini, titular del boliche Rossini Paradiso, haciendo alusión a las fiestas clandestinas en pandemia.
Igualmente, manifestó que también se complica la situación de los boliches. Osvaldo está a cargo de uno de ellos y que ahora pasó a ser bar. «Lo poco que estoy haciendo es para pagar las deudas».
Cada fin de semana surgen fiestas clandestinas al aire libre porque aún no están habilitadas las discotecas. Muchos vecinos y vecinas de Bahía Blanca han mostrado descontento sobre esta medida, pero Catini sostuvo que «es más seguro que los jóvenes estén dentro del boliche que en la calle».
Aún así, el Municipio «siempre nos atendió. Por ahora, la única solución es cumplir con el protocolo porque nosotros tenemos que vivir y pagar los compromisos».
Por último, aclaró que la cantidad de mesas habilitadas en Rossini es de 300 personas, pero cuenta con una capacidad de 250 aproximadamente. «Es desgastante la situación porque los adolescentes siempre se levantan», cerró.