Las secuelas que quedan de la enfermedad son una importante fuente de preocupación.
Además de los síntomas del coronavirus, las complicaciones post COVID-19 también son una amenaza para el bienestar físico y mental.
Si bien los científicos y profesionales médicos están invirtiendo mucho tiempo en estudiarlas, investigadores de diferentes grupos de trabajos coinciden en que estos son los signos más frecuentes:
1. La fatiga
Las mujeres tienen aproximadamente el doble de riesgo que los hombres de sufrir fatiga persistente después de superar la fase aguda del COVID-19, según un estudio del hospital universitario St. James’s de Dublín (Irlanda).
Sin embargo, los pacientes con COVID-19 leve también pueden padecer fatiga y depresión, según pone de manifiesto un estudio realizado por investigadores del University College de Londres (Reino Unido).
En ambas situaciones, la fatiga severa o la debilidad se deben a lo que el virus genera en el sistema inmunológico y en el cuerpo en su conjunto. Por esta razón, los pacientes pueden seguir experimentando fatiga a largo plazo.
Este síntoma puede persistir en más del 70% de la población a las tres o cuatro semanas de haber tenido COVID-19. Luego este porcentaje va disminuyendo a lo largo de las semanas. Algunos estudios europeos muestran que luego de dos meses, un 50% de los pacientes puede persistir con fatiga.
2. Niebla mental
Por ejemplo, una persona ejecuta en cuatro horas, lo que antes podía hacer en dos, por falta de concentración y otros factores. Estos síntomas persisten durante meses y pueden acompañarse con ansiedad o depresión.
Los psiconeurólogos recomiendan mantener las ocupaciones habituales, hacer ejercicios, comer de forma saludable, escuchar música y armar rompecabezas, con la esperanza de que la niebla desaparezca lo antes posible.
Los expertos tampoco descartan que pueda ser parte de un síndrome postraumático después de haber estado en terapia o intubado.
3. Dificultad para respirar
Los cambios fibróticos pulmonares residuales pueden provocar una restricción de la actividad física. Se da por la dificultad para respirar debido a una función pulmonar disminuida, lo que resulta en una calidad de vida inferior.
La rehabilitación respiratoria es lo más indicado y tiene como objetivo aliviar la disnea y la ansiedad. Mientras que, a largo plazo, se propone recuperar la máxima funcionalidad del paciente, mejorando su rutina y facilitando su integración en la sociedad.
Los expertos aclaran que se trata de personas que pueden quedar con algún grado de problemas funcionales: fibrosis pulmonar, dificultad respiratoria, oxígeno bajo en la sangre, que requieren un manejo especializado, como la oxigenoterapia, uso de corticoides y pruebas de diagnóstico especiales que deben verse principalmente por un especialista.
En busca de soluciones
Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford destacó áreas clave de la sintomatología post Covid.
El objetivo fue analizar diferentes facetas de la recuperación, lo que puede no solo ayudar a identificar las causas del coronavirus prolongado, sino también los posibles tratamientos.
Steven Goodman, autor principal del estudio, cree que hay síntomas como fatiga severa, dificultad para respirar e incapacidad para concentrarse asociada con COVID-19 que no desaparecen. Si bien según él no se deben sacar conclusiones sobre la única causa de los síntomas, supone que se necesita realizar más investigación para determinarlo.
Según los informes, el equipo de investigadores localizó 84 síntomas diferentes en personas con “Covid largo”, incluidos trastornos del sueño y pérdida del sentido del olfato.
Fuente 0291 y rt