Luego de recibir la dosis contra el coronavirus, algunas personas tiene malestares indicados como “normales” de las vacunas, sin embargo otras personas no tienen nada.
Lo cierto es que tras la aprobación de las vacunas que comenzaron a aplicarse se difundieron los efectos secundarios más comunes que podrían presentarse al recibir la dosis como son la fiebre, fatiga, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, dolor en el lugar de la inyección, escalofríos y náuseas.
Estos malestares se suelen presentar entre el primer y segundo día tras recibir la vacuna. Pero son muchas las personas que no suelen pasar por estos efectos secundarios, y a partir de ello se habla de que la dosis no estaría cumpliendo con lo esperado, que es la inmunidad contra el coronavirus.
Sin embargo, esta teoría no es cierta. Los especialistas indican que esto se debe a diversos factores como la genética, historial de salud, tratamientos, medicamentos que se consumen, y cómo es la formulación de la vacuna, lo que genera diversas reacciones en el sistema inmunológico en cada persona.
“Los inmunógenos que se administran en una vacuna, disparan una serie de reacciones que desinhiben la producción de estos interferones. La magnitud de esa respuesta tiene una impronta muy personal”, indicó el bioquímico e investigador principal del Conicet, Jorge Quarleri.
Además, el especialista indicó que los efectos secundarios dependen mucho de la edad y el sexo de la persona que recibió la vacuna. También indicó que las reacciones que se genera “sean simplemente un subproducto de una breve ráfaga de generación de IFN-I concomitante con la inducción de una respuesta inmunitaria eficaz”.
Por ello, cabe destacar que cada persona atraviesa un proceso particular al recibir la vacuna, teniendo en cuenta principalmente su historial médico. Pero también hay vacunas que generan más impacto, por ello la vacuna AstraZeneca genera más efectos adversos, debido a su composición.
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