Según un nuevo estudio, los adictos al sexo realmente sufren de una condición médica y todo apunta a la oxitocina, conocida como la “hormona del amor”. Investigan un tratamiento potencial para tratar a dichos pacientes.
Se ha afirmado que uno de cada diez hombres son adictos al sexo. Sin embargo, una nueva investigación sugiere que es causado por altos niveles de oxitocina, la “hormona del amor”. Esta adicción se conoce también como “trastorno hipersexual”.
La oxitocina es una hormona que estimula el vínculo y puede hacer que hombres o mujeres se sientan atraídos por muchas personas al mismo tiempo, y hace que el sexo sea más gratificante. Los científicos dicen que su descubrimiento podría conducir al desarrollo de un medicamento que bloquee la oxitocina para las personas con este trastorno.
El doctor Andreas Chatzittofis, de la Universidad de Chipre en Nicosia, dijo: “Descubrimos que los hombres con trastorno de conducta sexual compulsiva tenían niveles más altos de oxitocina en comparación con los hombres sanos”. Se comparó a 64 hombres con adicción al sexo con 38 hombres sin rasgos de adicción mediante análisis de sangre.
“La hormona desempeña un papel importante en la adicción al sexo y puede ser un posible objetivo farmacológico para futuros tratamientos farmacológicos”, añadió Chatzittofis.
Según investigadores han encontrado diferencias en la composición genética de los adictos al sexo y esto puede tener efectos adversos en sus vidas desde relaciones rotas hasta depresión y ansiedad. En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró por primera vez que el comportamiento sexual compulsivo era una enfermedad mental. Se incluyó de manera controvertida en la lista de Clasificación Internacional de Enfermedades.
“La adicción al sexo es un comportamiento irrefrenable, repetitivo, con culpa y sensación de vacío una vez que se ha conseguido bajar la tensión sexual”. Así la definió el médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin.
“Es importante diferenciar que tener deseos intensos y frecuentes no es sinónimo de adicción al sexo. Todos solemos reconocer cuándo estamos más dispuestos a los contactos eróticos, hasta es posible determinar qué tipo de estímulos incrementan el deseo. Es una grata sensación que nos sensibiliza, preparándonos para sentir placer. Se define la adicción al sexo como la presencia de impulsos, fantasías, pensamientos recurrentes de índole sexual que llevan a conductas compulsivas, ocasionando malestar subjetivo y deterioro en la distintas áreas de su vida”.
Para finalizar, Ghedin explicó que “toda conducta de abuso o francamente adictiva merece ser tratada para que la persona pueda recuperar el control de sus impulsos”. Y asegura que “no hay tratamientos específicos que ‘curen’ la adicción al sexo”, se puede controlar con terapias cognitivas, grupos de ‘sexo adictos’ y fármacos que calmen los impulsos y la ansiedad”.
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