El cantante Donald Clifton McCluskey, conocido artísticamente como Donald, escribió una carta en Facebook donde reveló que tiene Parkinson. Contó que la enfermedad se manifestó durante la pandemia y la enfrenta con medicamentos y terapias alternativas. «No le voy a permitir que me robe el alma», afirmó.
Donald, que en julio próximo cumplirá 76 años, alcanzó la popularidad durante las décadas de 1960 y 1970 con temas como «Tiritando», «En una playa junto al mar» y «Siempre fuimos compañeros», entre otros. Había planeado una gira nacional para 2020, pero la pandemia frustró sus planes.
«Tengo un Parkinson galopante, amigos, y cuando empiezo a temblar me cuesta parar. Le presento batalla día a día, apelando incluso a terapias alternativas que alivian. Lo quiero vencer… pero noto que, pese a mi resistencia, el mal no cede y no se da por vencido», escribió en la red social.
«El estar sentado en paz, contento, tocando la guitarra, cantando, ya sea sobre una banqueta en un escenario, o en un sillón de casa, en ambientes amables, amigables, me provoca gran alegría. Los temblores desaparecen por completo», sostuvo el cantante.
Sin embargo, contó que tiene problemas para ponerse de pie y desplazarse, y que camina «con extrema lentitud». Explicó que cualquier agitación o alteración hace recrudecer los síntomas, que incluyen un temblor en su pulgar izquierdo y rigidez en sus movimientos.
«Existen cantidades adicionales de malestares que provoca el Parkinson en las personas, por ejemplo en mi caso dolorosas contracturas en la espalda, enredarme en las sábanas, dificultad para darme vuelta en la cama, para abrocharme los botones, atar los cordones de los zapatos, etcétera. Pero acá estoy, amigos», compartió.
Donald contó que los testimonios de Esteban Bullrich y Javier Lombardo lo decidieron a hacer pública su historia. «Sé que mientras tenga un hilo de voz para cantar, y flexibilidad en los dedos para tocar la guitarra, seguiré en la palestra y nada ni nadie lo podrá impedir ni evitar», aseguró.
«Hay cosas peores en este mundo que el Parkinson, por ejemplo el odio y la guerra, estarán de acuerdo conmigo. En mi caso particular, al dichoso Parkinson no le voy a permitir que me robe el alma. ¡Por supuesto que no! Podrá meterse con mi cuerpo, pero no con mi espíritu y mi vida, que está sólo en las manos de Dios bendito», concluyó.
Fuente 0291 y c5n