Según declaró no entiende por qué lo hizo, porque “él es un buen hombre, un trabajador”. Confesó que recibe amenazas a través de las redes sociales.
La novia de Fernando André Sabag Montiel, el ciudadano brasileño detenido por el intento de magnicidio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, aseguró esta noche no haber pensado que su pareja, a quien definió como una “buena persona”, fue “capaz de hacer algo así”.
También advirtió que se encuentra “con mucho miedo” ya que recibe “amenazas por redes” y la acusan de integrar “un grupo terrorista”.
Se trata de Ambar, novia de Sabag Montiel, quien se dedica a la venta callejera de algodón de azúcar junto al imputado y dijo esta noche a Telefe Noticias que no entiende “por qué lo hizo, porque él es un buen hombre, un trabajador”.
“Me asombró, no pensé que sería capaz de hacer algo así!”, señaló la joven al referirse al momento en que se enteró de que su pareja había intentado asesinar a la vicepresidenta.
Por otro lado, relató que su novio, al que conoció “en una fiesta” y lo vio por última vez “hace dos días”, “siempre se quejaba del dólar y de la economía, pero de algo más no”.
“La verdad no encuentro explicación, yo no pensé que era una persona así, estoy perpleja como todos ustedes”, aseguró Ambar, quien añadió que la imagen que tenía de Sabag Montiel era de “una persona copada, que hace chistes, amoroso, era buena persona”.
A su vez, expresó tener “mucho miedo de las amenazas” y de lo que le “pueda pasar el día de mañana”. “
Es una pesadilla que me lleguen amenazas, que no me dejen trabajar. Nos amenazan por redes, nos dicen que nos quieren matar, insultan a mi pareja”, contó la joven.
En ese sentido, añadió: “Nos quitan la posibilidad de trabajar y nos están culpando de algo que no hicimos, nos dicen que somos de un grupo terrorista y no tenemos nada que ver”.
Por último, dijo que está “con lo puesto” y que no tiene “nada” para vestirse, ya que durante el allanamiento realizado en el departamento alquilado por su novio “se llevaron toda” su ropa, lo que consideró “injusto”, porque no tiene “nada que ver”.