Lautaro Montenegro se encuentra desesperado. El joven de 22 años, nacido en la localidad bonaerense de Campana, expresó su sentimiento en un mensaje que publicó en las últimas horas en su cuenta de Facebook: “Cambio mis únicos 100 dólares a cambio de un trabajo estable”.
Su confesión le permitió quitarse de encima la carga de no saber por dónde comenzar. Y aunque parece improbable que alguien acepte tomar ese dinero con el fin de proveerle un empleo, Lautaro aseguró que está dispuesto a desprenderse del último billete que le queda a cambio de afrontar un escenario más estable.
“Lo hice porque sé que un trabajo estable es lo más digno que alguien puede tener. Soy un pibe responsable y cumplidor. Y lo único material que tengo son 100 dólares, pero solo los cambiaría por algo seguro”, relató el joven.
Lautaro creció en el barrio San Felipe y decidió irse de allí por el temor a caer en un contexto aún más desfavorable: “Mucha venta de drogas, consumo, gente que se dedica al juego, delincuencia. Me veía rodeado de eso y me fui”, dijo.
“Tengo el secundario completo y me dedico al montaje de estructuras. Mi último trabajo fue por contrato. Aproveché para ir comprando dólares, pero un día se terminó y me quedé sin ingresos”, expresó.
Durante este tiempo, los pocos ahorros acumulados los utilizó para pagar sus gastos mensuales: “Estoy viviendo solo y la realidad es que esos 100 dólares solo me los puedo gastar en comida o pagar el alquiler. Es lo único que me queda”.
El joven, que sueña con estudiar Administración de Empresas, detalló que no es pretencioso y que está dispuesto a “hacer cualquier cosa”. Nacido en el seno de una familia humilde, aseguró que está “desesperado” y que solo precisa el dinero para “cumplir con mis necesidades básicas”.
“No soy pretencioso, sé hacer muchas cosas. Trabajé en un montón de lugares; en madereras, empresas de producción, obras civiles, sé hacer carpintería mecánica. Por eso pensé: ‘Capaz que alguien tiene un trabajo estable para mí y yo a cambio doy los 100 dólares’”, manifestó.
“A la vez estoy muy enamorado y no puedo pensar en formar nada con ella hasta no tener estabilidad económica. A mí me gusta mucho el boxeo, y mi entrenador me dijo que siga igual, que me va a hacer profesional, que no abandone, que el dinero no importa”, contó.
Y completó: “Con 100 dólares no me compro ni una máquina para cortar el pasto. El municipio tampoco ayuda a los chicos como yo, que queremos salir adelante, trabajar, tener una carrera. No tenemos padres que nos solventen, entonces muchos terminan yendo por el mal camino. Yo voy a evitar a toda costa ser uno más. Yo si quiero progresar”.
Fuente 0291 y tn