A ocho años del primer «Ni Una Menos» la Amnistía Internacional advierte sobre la escalada de ataques a periodistas mujeres con el objetivo de «deslegitimar las conquistas feministas y a sus voceras».
Este sábado 3 de junio se cumple un nuevo aniversario del primer «Ni Una Menos», el movimiento feminista que comenzó en el 2015 cuando las mujeres se agruparon y marcharon para repudiar la violencia machista.
A ocho años de ese momento, la Amnistía Internacional advierte sobre los diversos ataques que ponen en peligro a mujeres en Argentina.
Según los datos del Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación, en 2022 hubo en promedio 1 femicidio cada 36 horas, lo que representa 20 femicidios por mes, acumulando un total de 242 asesinatos a mujeres por motivos de género a lo largo del año.
El lugar en donde suceden la mayoría de los femicidios es dentro del hogar de la víctima o la vivienda que compartía con el femicida.
Esto demuestra la desprotección que atraviesan las mujeres y personas trevesti, trans y no binarias en su propio lugar.
Además, la situación empeora si se considera que más del 19% de las víctimas había realizado al menos una denuncia por violencia de género previo al femicidio.
A su vez, desde el movimiento advierten que el acceso a la justicia sigue siendo una deuda del Estado, ya que se minimizan los testimonios de quienes se animan a denuncia y se las somete a largas horas de espera para radicar la denuncia. En definitiva, se subestima el riesgo al que están expuestas las mujeres.
Escalada de ataques a periodistas
Desde la Amnistía Internacional alertan sobre la violencia que viven las trabajadoras de los medios de comunicación. Según la UNESCO, el 73% de las mujeres periodistas han sufrido acoso en línea relacionado con su trabajo.
La intención es «deslegitimar las conquistas feministas y a sus voceras» donde a su vez el efecto que tiene es «generar silencio de las periodistas de género, un profundo deterioro de la libertad de expresión y el empobrecimiento del debate social y de la calidad democrática».
Las trabajadoras de los medios se convirtieron en «blanco de ataques coordinados online» que se expresa desde amenazas de violencia sexual o física, publicación de datos personales, difamación y escraches tanto en redes sociales como fuera de ellas.
Fuente: Filo.News