Después de una larga investigación que involucró a cinco fiscales y diversos jueces, la Justicia de San Isidro archivó el caso relacionado con la muerte de Natacha Jaitt, ocurrida el 23 de febrero de 2019 en el salón de fiestas Xandú.
Según los fiscales Martín Otero y Lida Osores Soler, quienes asumieron la causa a finales del año pasado, no se encontraron pruebas que indiquen la existencia de un delito relacionado con su fallecimiento.
La investigación incluyó el análisis de teléfonos celulares y el iPad de Jaitt, así como otras pruebas forenses y testimonios de testigos. Sin embargo, ninguna de estas evidencias proporcionó elementos que respalden la sospecha de un acto criminal en torno a la muerte de la mediática.
De acuerdo con la Justicia, Jaitt fue encontrada sin vida en una de las camas del complejo de eventos Xandú, donde se encontraba para una reunión laboral. La causa de su fallecimiento fue determinada como una sobredosis de cocaína, y no se encontraron pruebas que sugieran la intervención de terceros en su muerte.
En el momento del suceso, Jaitt estaba acompañada por Guillermo Gonzalo Rigono, dueño de Xandú, así como sus amigos Gaspar Esteban Fonolla y Gustavo Andrés “Voltio” Bartolín. También estaba presente Raúl de Jesús Velaztiqui Duarte, un conocido de Jaitt, junto a una joven llamada Luana.
Los testigos declararon que se trataba de una reunión laboral y admitieron haber consumido alcohol y cocaína durante el encuentro. El llamado a emergencias se realizó a las 1:49 de la madrugada, informando sobre una persona “desvanecida”. Cuando llegaron los médicos y los efectivos de seguridad, encontraron a Jaitt sin vida y desnuda en el lugar.