Carlos Alonso, actual concejal y candidato a diputado provincial por Unión y Libertad en la sexta sección, abrió su costado más íntimo. Entre recuerdos de infancia en el barrio Bajo Rondeau, la superación de un grave accidente y sus convicciones políticas, trazó un recorrido de vida marcado por la resiliencia y el compromiso.
“Mi infancia fue sencilla, con muchas privaciones, pero también con libertad para jugar y soñar”, recordó. Entre anécdotas, destacó la espera por sus primeros botines de fútbol y los días de estudio en la Biblioteca Rivadavia, cuando no había dinero para fotocopias ni libros propios.
A los 21 años, un accidente de moto lo dejó al borde de la muerte y con graves secuelas físicas. Pasó casi tres meses internado, más de veinte operaciones y dos años enyesado. “Tuve que decidir si quedarme como un discapacitado o seguir adelante. Me llevó más de diez años volver a caminar casi normalmente”, relató. Hoy, a los 54, disfruta de andar en bicicleta: “Es libertad, es superar los propios límites”.
Su acercamiento a la política, asegura, nació de las discusiones familiares y de la convicción de que “el único momento en que los ciudadanos somos poderosos es cuando votamos”.
Admirador de las ideas liberales, se sumó en 2018 al espacio de José Luis Espert y luego trabajó en la campaña presidencial de Javier Milei. Sin embargo, remarca que su prioridad es Bahía Blanca: “Si me preguntan entre Milei y los bahienses, yo tengo claro que represento a los bahienses”.
La reciente inundación en la ciudad fue uno de los temas más sensibles en la charla. Alonso cuestionó el veto a la ley de ayuda económica: “Bahía Blanca necesita que ese dinero vuelva. No para los políticos, sino para reconstruir viviendas, comercios e infraestructura”.
Convencido de que la reconstrucción requiere unidad, concluyó: “No es una tarea de un intendente ni de un gobierno, sino de todos los sectores políticos. Tenemos que pensar una Bahía Blanca a 100 años”.