Un equipo de la Universidad de Harvard diseñó un prototipo de hábitat marciano con bioplástico generado a partir de estos organismos. El material demostró ser eficaz y no depende de costosos envíos desde la Tierra.
Marte y la Tierra no son lejanos, aunque así lo parezca. Con una distancia mínima de 55 millones de kilómetros y una máxima de 400, cuando el planeta rojo está en el lado opuesto al Sol, este cuerpo celeste despierta fantasías de habitabilidad en científicos, ingenieros y entusiastas del espacio.
Aunque hay numerosas iniciativas que se enfocan en crear lugares para cumplir con este deseo, todos implican el costoso transporte de los insumos desde la Tierra. En un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances, liderado por Robin Wordsworth de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Harvard, apostaron por los biomateriales. En concreto, crearon un habitáculo que simulaba las condiciones marcianas con un producto obtenido a partir de algas. El objetivo a largo plazo es cultivar a los propios organismos para que puedan proveer los materiales de construcción.
Las mismas algas, al fabricar los insumos aplicados en sectores habitables, permitirían en el futuro el desarrollo de regiones cuya construcción sea sostenible en el tiempo. Los resultados obtenidos por los científicos de Harvard sugieren que debería ser posible cultivar cualquier organismo fotosintético similar a las algas, siempre que se cumplan las condiciones de disponibilidad de elementos y luz.
Los biomateriales en los que se concentraron los especialistas son los bioplásticos. Estos insumos son la agarosa, el ácido poliláctico (PLA) y los polihidroxialcanoatos (PHA). De los tres, se quedaron con el PLA: un termoplástico derivado de la condensación del ácido láctico, que se destaca por ser el de mayor producción y presenta bajas tasas de degradación por la luz ultravioleta.
El paso siguiente fue construir un pequeño habitáculo de PLA que simule algunas condiciones marcianas. Para ello utilizaron una impresora 3D y una mezcla de ceras y resinas para sellar las paredes y asegurar la hermeticidad. Con una lámpara LED lograron los niveles de iluminación propios del planeta rojo. En este pequeño espacio cultivaron una especie de alga verde que se ha estudiado con profundidad por sus implicancias biotecnológicas. La elegida fue Dunaliella tertiolecta, que se utiliza como materia prima para la acuicultura. Con el crecimiento de las algas los científicos demostraron que es posible mantener condiciones habitables en entornos extraterrestres utilizando únicamente biomateriales.
El PLA demostró ser capaz de bloquear la radiación ultravioleta. Esto es fundamental para la proyección de zonas habitables en Marte ya que en Marte no hay atmósfera que pueda brindar protección alguna. El PLA también permitió mantener presiones suficientes para que el agua se mantenga en estado líquido. En el futuro, quizás, quienes primero se establezcan en el planeta vecino no sean los seres humanos después de todo.