Hoy se conmemora el Día Mundial del Sueño, con el objetivo de concientizar sobre la importancia del buen descanso.
Aunque cada persona tiene su propia necesidad de sueño, dormir entre 7 y 8 horas es lo correcto.
Por otro lado, hay quienes no pueden conciliarlo por la noche a causa de la falta de motivación, impulsividad, baja tolerancia a la frustración, ansiedad, depresión y por dolores físicos, fatiga, mayor riesgo de enfermedades como obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Además, debido a la privación de sueño se ve afectada la atención, la memoria, la capacidad de aprendizaje, aumentan los errores y el tiempo de reacción ante un estímulo.
Algunas recomendaciones:
Exponerse a la luz natural por las mañanas ayuda a mantener el ritmo de sueño-vigilia. Por el mismo motivo, debe evitarse el uso de pantallas, como televisores, celulares, por las noches debido a que la exposición a la luz artificial puede alterar nuestros ritmos biológicos.
Es importante mantener una rutina y respetar los horarios para hacer actividad física, trabajar o estudiar.
La siesta puede ser una aliada para reducir la somnolencia, mejorar el desempeño y aumentar el estado de alerta, si no excede el tiempo estipulado (15-30 minutos).
Se debe cenar por lo menos dos horas antes de ir a la cama y tener en cuenta que tanto el hambre como las comidas copiosas pueden alterar el sueño.
Por último, se recomienda no tomar líquido en exceso por la noche y disminuir el consumo de estimulantes (café, mate, té, bebidas cola) en cantidad a partir de las 18 hs.