Marcos Córdoba, el conductor de la máquina del Ferrocarril Sarmiento que el 22 de febrero de 2012 chocó contra el andén de la estación Once y causó una tragedia, confesó que había anulado el sistema de frenos antes del impacto.
“Yo tengo responsabilidad, anulé el dispositivo, pero no lo hice a propósito, nunca imaginé que algo así podía ocurrir”, aseguró Córdoba en diálogo con la psicóloga María Dolores Carbia y la trabajadora social Silvina Blanco en un encuentro virtual realizado por zoom.
La entrevista fue solicitada por la Fiscalía de Ejecución, a cargo de Guillermina García Padín, y ordenada por el juez de Ejecución Penal Jorge Luciano Gorini como respuesta a un pedido de la abogada Valeria Corbacho para que se le conceda a Córdoba la libertad condicional.
El maquinista es uno de los condenados por la tragedia. La Cámara de Casación le fijó una pena de tres años y tres meses de prisión de cumplimiento efectivo.
“Esto confirma lo que yo dije durante mucho tiempo. Si el dispositivo del que él habla, que son nada más ni nada menos que los frenos, no se hubiera anulado, el tren no hubiera estrellado contra el andén. Lo hizo para descansar la mano, según luego termina confesando”, explicó esta mañana Gregorio Dalbón, uno de los abogados que participó del caso.
Córdoba está preso en Marcos Paz, fue detenido junto a los otros imputados en el caso que deben cumplir prisión efectiva en octubre de 2018, luego de que la Casación rechazara el recurso extraordinario presentado para apelar la condena ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Ante ese rechazo se comenzó a ejecutar la condena de los imputados y presentaron un recurso de queja ante la Corte.
La pena de Córdoba vence el 31 de diciembre de 2021. A partir del 30 de noviembre de este año, podría acceder a la libertad condicional y en virtud de eso su abogada hizo la petición que derivó en una confesión determinante para la investigación, que lo ubica como uno de los principales responsables de la tragedia ferroviaria más importante de la historia argentina.
“Yo soy responsable de haber anulado el dispositivo del hombre muerto”,comentó Córdoba y agregó: “Es una costumbre, me enseñaron así en la práctica”. Luego, explicó: “La mayoría lo hace por momentos para descansar la mano”.
Las especialistas que entrevistaron a Córdoba concluyeron que el maquinista estaba lúcido y orientado en tiempo y espacio en el momento que reconoció que había desactivado el dispositivo de los frenos. “Presentó juicio conservado, con contenido de pensamiento coherente, sin evidencias de distorsiones cognitivas, alucinaciones o producción delirante”, especificaron en el informe.
Infobae