Ocurrió en el cabo Crozier, una zona de mucho frío que alberga una gran colonia de pingüino. La imagen fue capturada por el fotógrafo Jeff Mauritzen.
Según confirmó P. Dee Boersma, experto en pingüinos de la Universidad de Washington, a este ave que habita en la Antártida se lo conoce como isabelino o leucístico.
Presenta una mutación genética que, a diferencia del albinismo (que afecta la producción de melanina, el pigmento responsable del color de la piel, cabello y ojos), ocurre cuando se impide que los pigmentos se distribuyan por todas las partes del cuerpo, provocando una falta parcial o total de pigmentación en la piel, el cabello o las plumas, pero no en los ojos.
Se trata del segundo pingüino leucístico que Mauritzen fotografió. El primer ejemplar fue observado en las islas argentinas Georgia del Sur en 2019.