Biden sumaba 236 de los 270 votos que necesita un candidato en el Colegio Electoral para ser proclamado presidente. Trump acumulaba 213.
Con un mapa electoral no tan distinto al de 2016 y un nuevo fracaso de los sondeos, el presidente de Estados Unidos y candidato a la reelección, Donald Trump, y su rival electoral, el exvicepresidente Joe Biden, quedaron hoy cabeza a cabeza en una elección que será definida por un puñado de estados, algunos de los cuales podrían tardar varios días en anunciar sus resultados.
Por primera vez desde la crisis electoral de 2000, millones de estadounidenses amanecerán sin conocer quién ganó las elecciones presidenciales, pero esta vez la situación será aún más angustiante: Trump se declaró ganador, denunció fraude y anunció que irá a la Corte Suprema, dominada ahora por una mayoría ultraconservadora.
«Sabían que no podían ganar y yo lo avisé. Esto es un fraude, ganamos esta elección. Iremos a la Corte Suprema», denunció Trump en un mensaje desde la Casa Blanca y agregó en referencia a los votos por correo que aún se están contando y otros que aún pueden ser recibidos en estados clave: «No queremos que siga la votación.»
Trump sostuvo que su campaña estaba «lista para festejar una victoria tremenda y de repente todo se detuvo», en referencia a la ralentización de los escrutinios en algunos estados clave.
Poco antes, cuando el mapa electoral ya dejaba claro que todo dependería de esos pocos estados, Biden se había dirigido a sus simpatizantes desde su bunker en Delaware con un optimismo similar al de Trump, pero con un mensaje más moderado: «Tengan paciencia, estamos en camino de ganar estas elecciones».
«Vamos a tener que ser pacientes hasta que esté terminado el duro trabajo de contar los votos, y esto no se termina hasta que cada voto se cuente, hasta que se cuenten todos los votos», aseguró el candidato opositor, preparando el escenario para unos días de mucha tensión e incertidumbre.