Con el brillo de Mbappé y un doblete de Giroud, los de Deschamps empezaron con el pie derecho en su debut en el Mundial de Qatar 2022. De este grupo sale el cruce de octavos con la zona de la Selección.
A los 9 minutos, el campeón del mundo perdía 1 a 0 con gol del australiano Goodwin. Y los fantasmas que rodean a los defensores de la Copa que todos quieren ganar parecían asomar también para el equipo de Mbappé, otra de las figuras de Qatar 2022. Sin embargo, Francia desactivó todo rápido. No sólo lo dio vuelta, sino que goleó 4 a 1 con dos goles de Giroud, uno de Kylian y el empate parcial de Rabiot. Así, se floreó en su estreno y mira de reojo a la Selección de Messi. Porque si uno se clasifica primero y el otro segundo de su grupo (o viceversa), se enfrentarían otra vez en octavos como en el 2018.
Francia parece haber absorbido las estrellas que perdió en este Mundial. Sin Kanté, sin Pogba, sin Benzema, calidad y categoría igual le sigue sobrando. Es cierto que Australia era un rival accesible (había llegado vía Repechaje, tras eliminar a Perú por penales). Sin embargo, no sólo se le puso en ventaja, sino que tuvo el 2-2 con un cabezazo en el palo de Irvine. Es decir, por momentos, cuando se animó, le hizo pasar algunos sobresaltos al equipo del compañero de Leo en el PSG. Aunque pocos.
Pero el campeón tiene con qué. Sin Pogba, Griezmann buscó tomar los hilos del equipo. Jugó suelto, entró y salió, combinó bien con Mbappé y con Dembélé. Los dos, uno por izquierda y otro por derecha, son una verdadera pesadilla por las bandas. Van y van. Encaran y encaran. Pasan y pasan. A veces, con una velocidad que, en cancha, no deja de sorprender.
Encima, Giroud se sacó de entrada la mufa del Mundial pasado, que su selección ganó sin que él pudiera convertir un gol. Pero el delantero del Milan esta vez no falló en el área y marcó por dos, uno en el primero y otro en el segundo. ¿Será una buena o mala señal teniendo en cuenta lo que pasó en 2018? Por lo pronto, curiosiodades de lado, es algo que él en particular y Francia en general estaban necesitando, sobre todo después de la baja de Benzema.
En el segundo tiempo, el equipo de Deschamps manejó y amplió la ventaja a su gusto. Presionó sobre la salida con pocas luces de Australia y buscó recuperar bien arriba. Así, Rabiot y Tchouameni controlaron la pelota con criterio, pero enseguida apostaron al desequilibrio de Mbappé, que cuando tiene espacios despliega sus alas y su jerarquía y parece imparable. ¿Vuela? Es poco. Por momentos encara a una velocidad supersónica, aunque a veces peca de invidualista. Parece natural que así sea. Sus compañeros no se lo reprochan. Pues si algo le faltaba, era meterla de cabeza: Kylian puso así el 3-1 parcial tras el centro de Dembélé y asistió para el 4-1 a Giroud.
Goleó Francia y le suma preocupación a la preocupación de la Selección. Como si el equipo de Scaloni tuviera poco con la derrota ante Arabia, cuando mira de reojo el cruce del Grupo D, lo ve al campeón del mundo líder (Dinamarca y Tunez empataron en cero) y con buenas señales a pesar de las bajas. Habrá que sumar otro Padrenuestro y un Avemaría…
(Olé)