Durante la misa de cierre de la 51° Peregrinación Juvenil a Luján, el arzobispo Jorge García Cuerva habló con dureza sobre la pobreza, el narcotráfico y la corrupción. En medio del impacto por el triple narco femicidio de Florencio Varela y las denuncias políticas recientes, pidió no ser “un pueblo indiferente”.
“Hay muchos hermanos que ya no tienen fuerzas para seguir, que sienten el peso de la pobreza, del narcotráfico, de la enfermedad y la soledad. Por ellos también peregrinamos, porque no queremos ser un pueblo indiferente”, expresó frente a una multitud que colmó los alrededores de la Basílica.
El arzobispo reclamó “no naturalizar la violencia” y advirtió sobre la ausencia del Estado en los barrios más postergados en una de las frases más aplaudidas de la jornada:
Narcotráfico, poder y dolor: una homilía que reflejó el clima social
Las palabras de García Cuerva llegaron en un contexto especialmente sensible. Días atrás, el triple femicidio de Lara, Brenda y Morena, volvió a poner en evidencia el avance de las redes narco en el conurbano bonaerense y la falta de políticas sostenidas frente a la violencia y la impunidad.
Sin mencionarlo de forma directa, el arzobispo aludió a ese dolor colectivo que atraviesa a la sociedad
“Los argentinos nos merecemos algo mucho mejor, poder desligarnos de esta problemática del narcotráfico, que ven lo mal que le hace a nuestra gente. Tenemos que ser una clase dirigente muy transparente, muy comprometida y muy honesta”, subrayó.
Fuente: Infocielo