Demi Moore y Bruce Willis vivieron una historia de amor que se perpetúa como una amistad. Ante la crisis por coronavirus, transitan el aislamiento en familia.
Hace 18 años que Demi Moore y Bruce Willis se separaron, y si bien hubo alguna que otra fricción a lo largo del tiempo, la historia de amor finalmente se transformó en amistad.
Como prueba de eso, esta semana,se conoció una imagen familiar de unión en medio de la pandemia de coronavirus. Tallulah Willis, una de sus hijas, compartió en Instagram una foto en la que se los ve en una especie de piyama party. Divertidos y sonrientes, todos usan el mismo atuendo, incluso el perro. En la foto están la ex pareja, el novio de Tallulah, Dillon Buss, y Scout, su hermana. “Neutralidad caótica”, escribió junto a la imagen.
La historia de los actores amor fue vertiginosa. Se conocieron en 1987 cuando ella tenía 25 y él 36. El flechazo derivó en un rápido casamiento y el inicio de una gran familia. Cuatro meses después de verse por primera vez, se casaron en Las Vegas y esa misma noche, la actriz quedó embarazada de su primera hija llamada Rumer Willis. Habían formado una alianza basada en las historias de vida difíciles de ambos y un romanticismo de película que duraría más de diez años.
“Bruce no dejaba de decirme que todo en mí era precioso: envolvió mi miedo y mi ansiedad con su amor. Pero cuando cargas sobre tus hombros vergüenza y un trauma no resuelto, no hay cantidad de dinero, éxito o fama que puedan llenar eso», contó Demi en su libro Inside Out (2019). En esas páginas también lo acusó de controlador y culpó a la asfixia que sintió como motivo para el fin del amor.
Para ese momento, Demi había vencido sus adicciones a las drogas y el alcohol, y acababa de separarse de Emilio Estévez. Venían nuevos aires en su vida. Instalados en una hermosa casa en Hailey, Idaho, que había comprado Bruce, comenzaban a planear la vida en familia. Y llegó el primer embarazo.
Volver al ruedo
Tras dar a luz a su primera hija, Demi regresó al cine en 1989 para interpretar la película We’re No Angels, con Robert de Niro y Sean Penn. Se trató de una gran oportunidad laboral para ella, que había ganado durante el embarazo peso y tenía una baja autoestima. Dado que se filmaba en Canadá, la artista viajaba todos los fines de semana a Estados Unidos para disfrutar de la vida familiar.
En 1990 llegó el primer quiere, cuando el dudó en celebrar las segundas nupcias. En su libro, Moore advierte que él tenía un halo de machista. “Básicamente, él quería hacer todo lo que quería. Tenía 36 años y estaba rodeado de fama y dinero. Simplemente no compré la idea de ‘eres el rey’ a la que se había acostumbrado. Además, decirme ‘no sé si quiero casarme’ no es el camino para llegar a mi corazón», escribió.
A pesar de la crisis, la pareja siguió adelante y tres años después celebró la llegada de Scout, su segunda hija. «Creo que a los dos nos apasionó más tener hijos que estar casados», contó Demi en su biografía. Feliz por la noticia, Demi posó para la famosa portada de Vanity Fair. En el texto, se la describía como una diva ‘egoísta y mimada’.
Scout LaRue Willis nació en julio de 1991 y trajo esperanzas en el matrimonio, que volvía a encausarse. En 1994, llegó su tercera hija, Tallulah. El embarazo no fue fácil. Demi estaba débil y su obstetra de Idaho indujo el parto.
Lo que siguió marcaba el inicio del fin de la relación. La bebé era prematura, pesaba muy poco y quedó internada. Al mismo tiempo que la actriz luchaba por mantener en vida a su flamante hija, criaba a las otras dos y se preocupaba por su matrimonio. En lo laboral, sin embargo, ella entraba en la etapa más exitosa: le ofrecieron 12 millones de dólares por hacer Striptease.
Ruptura
Conforme pasa el tiempo, Moore seguía filmando películas, pero el único rol que la hacía plena era la maternidad. Bruce, por su parte, le demandaba presencia y amor.
Trece años después del inicio, el matrimonio llegó a su fin en 2000, y la ruptura no fue fácil para ninguno. «Tras la separación de Demi viví durante años prácticamente como un solterón y afirmando que no me importaba, incluso que me alegraba de ello. Era mentira. Fui absolutamente infeliz y estaba terriblemente solo», dijo el actor en una entrevista con la revista alemana In.
«El divorcio al principio no fue fácil. Pero logramos manejar nuestro corazón y nuestra relación, el corazón que creó a la familia, a algo nuevo que les dio a las niñas un ambiente amoroso y de apoyo con ambos padres. Nos sentimos más conectados que antes del divorcio”, dijo Moore en su libro.
Después del gran amor, llegó una inesperada noticia: Demi se puso de novia con el joven Ashton Kutcher, de quien también se separó en 2012 tras siete años de amor. Y Bruce, por su parte, se casó con la modelo Emma Heming, 20 años más joven que él.
El año pasado, él y Emma celebraron sus diez años juntos con una gran boda a la que asistió Demi. También estaban las dos hijas que el actor tuvo con la modelo, Mabel Ray y Evelyn Penn, y las otras tres de su matrimonio anterior. La crisis global por el coronavirus los volvió a reunir.
f:minuto Uno