La mayoría de los saltos de una de las principales atracciones turísticas del país lucen secos
Mientras toda la atención se la lleva la pandemia por coronavirus, las Cataratas del Iguazú padecen una alarmante sequía que afecta a la mayoría de los saltos.
El río Gualeguaychú se puede cruzar caminando debido a que su altura llegó a apenas 30 centímetros. A la falta de lluvias, se le suma el factor de que tanto Brasil como Paraguay cerraron sus compuertas para prepararse ante la sequía.
Esto deja como resultado una imagen muy desmejorada de una de las siete maravillas naturales del mundo. Los especialistas advierten que esto afectará tanto a la flora y fauna como al turismo post aislamiento.