La mujer tenía 118 años y falleció mientras dormía en la residencia para ancianos de la ciudad de Tulón. Era monja y se llamaba Lucile Randon, aunque se la conocía como sor André.
El deceso se produjo a las 2 de la mañana, hora de Argentina.
Si bien el título de la persona más anciana del mundo se lo atribuyó el libro Guinness de los Récords a la japonesa Kane Tanaka, el 25 de abril de 2022, Lucile Randon fue hasta ayer la más longeva del planeta.
Sor André vivió en el último tramo de su vida ciega y en silla de ruedas, por lo que su capacidad de movilizarse estaba muy reducida.
En una entrevista manifestó que su deseo era “morir pronto” frente al cansancio que traía consigo.
“Se dice que el trabajo mata, pero a mi es el trabajo el que me hace vivir, pues trabajé hasta los 108 años”, había resaltado la francesa en una entrevista.