La mujer de 79 años que fue la única sobreviviente en el derrumbe del hotel Dubrovnik de Villa Gesell y que había sido internada la semana pasada por una descompensación, logró recuperarse y salió de terapia intensiva.
Bonazza sufrió el fallecimiento de su esposo, Federico César Ciocchini, de 84 años en el derrumbe y luchó entre los escombros para poder salvarse. Declaró que las últimas palabras que le dijo a su marido fueron: “Tesoro, fue un derrumbe, ya nos van a venir a rescatar”.
Si bien mejoró salud, por el momento los médicos recomiendan que continúe internada en el servicio de clínica médica.
Bonazza, a quien llaman “Pelusa”, repasó en varias entrevistas desde su internación en Balcarce los primeros instantes de la catástrofe, cuando el edificio del hotel se derrumbó sobre su departamento, en el que había ido a pasar unos días con su esposo. Asimismo, mencionó: “Yo trataba de tranquilizarme, al tiempo que notaba que mi marido no me respondía. En los primeros minutos, le pedí que no se moviera”.
Por último, agregó: “Por suerte pude mantener la calma a pesar de lo que sabía que le había pasado a mi marido, porque sentí que fue instantáneo lo de él. Me queda el consuelo que no debe haber sufrido mucho, pero estuvimos 48 años felices”. LN1