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«Ser padre no es fácil, pero es único»

Los hombres se convierten en padres y la paternidad es una etapa muy importante en el desarrollo de un hijo.

Fabián Ciommo es uno de los tantos padres adoptivos de la ciudad. Dialogó con La Mesa Dominguera (LB24, FM 93.1) acerca de sus sentimientos como padre de Mili, la joven que le dio un giro de 180 grados a su vida.

«A la larga, no hay diferencia entre padre biológico y padre adoptivo» comenzó diciendo, a lo que agregó que Milagros, su hija, ya está a punto de cumplir los 19 años.

Para Fabián y Caro, la llegada de Mili fue un giro rotundo en sus vidas. «Cada beso de ella te reconforta. A la vez, te hace dar cuenta que las cosas no las estás haciendo tan mal» destacó.

«Ser padre no es fácil, pero es único. Sólo te entiende el que es padre» mencionó, y aseguró que para sus padres tampoco debe haber sido fácil, pero que la clave es estar presentes siempre. «Cuando vos pones límites a los chicos no les gusta, pero a la larga te das cuenta que dio resultado«.

«Hoy le agradezco a la vida, a mis viejos que me enseñaron en mucho, a la posibilidad que nos dio el juzgado de elegirnos para ser padres de Mili y a esta hija maravillosa que tengo» destacó Fabián.

Con casi 19 años, Mili tiene mucho en común con sus padres adoptivos. «No es lo mismo ser padre biológico que adoptivo, pero a la larga los chicos se van mimetizando con nosotros. La diferencia es que mimetizan de los dos. Generalmente los hijos biológicos nos mimetizamos de uno de los dos, siempre nos parecemos más a uno que al otro. En el caso de Mili, se parece en muchas cosas a mí y en otras a Caro» aseguró.

«Mili es una hija maravillosa, tiene sus cosas como todos los chicos pero estoy muy orgulloso de ella. Está estudiando para chef y ahora me deleita con sus cocinas. Ella siempre cocinó porque yo lo hago, entonces siempre quiso que le enseñe. Cuando hablan en el Instituto de las comidas, ella viene, las practica acá y papá le hace de degustador» mencionó Fabián, feliz de ser el padre de Mili.

En cuanto a su postura como padre, Fabián no se considera el mejor padre pero recalca que uno hace lo que puede y lo que le sale en el momento. «Todos nos equivocamos, pero uno intenta hacer lo mejor. Mi hija dice que soy el mejor padre del mundo y con eso me deja contento«.

Por último, a corazón abierto, Fabián reconoce que en el momento que le dijeron que iba a conocer a Mili, se quedó mudo, sin palabras. «Nosotros fuimos al juzgado con Caro, nos explicaron la situación y nos volvieron a citar al día siguiente, siempre con la premisa de que no íbamos a conocer a Mili todavía. No sé por qué pero yo sentía una voz de una nena que hablaba y dije ahí está nuestra hija. En mi interior tuve esa cosa de que era ella. Sin verla y sin conocerla, me di cuenta que era ella y cuando la vi, me quedé mudo, las palabras las decía Caro porque yo no podía hablar. Después paradógicamente cuando salimos a pasear, no tuve otra ocurrencia que traerla a casa. En vez de estar con ella me dediqué a ordenar la casa» dijo Fabián, quien fue dominado por los nervios en los primeros minutos de contacto con su hija. Además, agregó que «Al principio pensé que iba a ser un padre que iba a estar más con ella, de jugar, pero no. De entrada la responsabilidad me golpeó fuerte porque quería ser un padre duro, fuerte, hasta que me di cuenta que me estaba equivocando. Tenía que poner límites pero también debía disfrutarlo» sentenció.

Fabián celebró otro día del padre junto a Caro y a su hija Milagros, y sin lugar a dudas, la llegada de la pequeña a la familia cambió el rumbo de su vida. 

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