Una mujer estadounidense, que nació con un defecto congénito en una oreja, se convirtió en la primera persona en el mundo en recibir un implante impreso en 3D hecho con sus propias células humanas.
La empresa de biotecnología 3DBio ubicada en Nueva York fue la responsable de crear la oreja, que luego fue trasplantada por los médicos.
La joven trasplantada nació con microtia, un raro defecto congénito que hace que el pabellón auricular u oído externo sea pequeño y malformado, e incluso puede afectar la audición.
De esta forma, la intervención, parte de la primera experimentación clínica de una aplicación médica con éxito de esta tecnología, fue un «extraordinario progreso» en el campo de la ingeniería de tejidos.
La nueva oreja, trasplantada en marzo, fue moldeada con la misma forma que le corresponde a ese órgano izquierdo de la mujer, y ahora continuará regenerando el tejido del cartílago, para darle el aspecto y la sensación de una oreja natural.