Científicos argentinos del Conicet llegaron a la final en un concurso que busca promover emprendimientos en América Latina y el Caribe.
Los avances tecnológicos sorprenden día tras día. Y cuando esos avances están relacionados con la salud y son creados acá en la Argentina la sorpresa se multiplica. Este caso, además, marcará un precedente.
Los tejidos óseos enfermos o debilitados por una patología o a raíz de un accidente se podrán reconstruir mediante la utilización de una impresora 3D. Serán reabsorbidos en forma natural cuando el organismo regenere esa pieza, sin la necesidad de colocar injertos metálicos, según informaron hoy fuentes científicas.
Este novedoso sistema fue presentado por cinco científicos argentinos investigadores del Conicet, en el marco de la competencia “100k Latam” organizada por el Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA) y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que finalizó a principio de mes.
«Luego de diez años de investigación básica logramos elaborar este sistema cuyo resultado final es la generación de un andamiaje biodegradable que, mediante filamentos osteoconductivos, logra que la pieza ósea dañada se regenere en forma natural«, explica el ingeniero y especialista en nanopartículas, Leandro Monsalve, a la agencia de noticias Télam
La utilización de impresoras 3D sorprende a propios y extraños y cada vez son más las múltiples aplicaciones y beneficios que aportan en el ámbito de la salud. Sin embargo, su uso para construir un andamiaje o «scaffold» que pueda ser aceptado y reabsorbido en forma natural, y que a su vez regenere la pieza ósea faltante, «es única en la Argentina y en el mundo solo una empresa belga lo realiza, aunque con otros elementos», detalló Monsalve.