Ocurrió en La India.
En el marco de un país asfixiado por el colapso sanitario, Shiva, habitante de Nalgonda, una localidad ubicada en el estado de Telangana, se construyó, con palos de bambú, una pequeña plataforma que ató a las ramas más sólidas de un árbol para mantenerse alejado de su familia y, así, protegerlos de contraer la enfermedad.
Durante 11 días, ese fue su hogar. Allí sumó una cama y una cuerda, mediante la cual recibió comida y otros objetos, que eran enviados mediante un balde.
El joven estudiante había regresado desde la capital hace un mes, en medio del temible aumento de contagios en su ciudad. Y recurrió a un método tan viejo como efectivo: recibir comida y algunos objetos mediante una cuerda y un cubo.
«Mi marido y yo trabajamos con pago diario, y tenemos otros dos hijos además de Shiva. Él entendió que si nos infecta, será difícil para nuestra familia sobrevivir sin ganancias», contó su madre, Anasuya, según difunde un medio local.
«Los médicos nos dijeron que lo aisláramos, pero nunca nos preguntaron si teníamos esa posibilidad en casa. Nos trasladamos cinco kilómetros hasta el punto médico más cercano, pero no había camas disponibles», agregó.
«Él entendió que si nos infecta, será difícil para nuestra familia sobrevivir sin ganancias», contó su madre.
También contó que como la vivienda familiar cuenta con un solo baño, para sus necesidades fisiológicas Shiva iba al campo cuando comenzaba a anochecer.
Cuando los medios se hicieron eco del caso, autoridades locales llevaron al adolescente a un hostal convertido en centro de aislamiento, ubicado a cinco kilómetros de la aldea.
Como era de esperar, el caso de Shiva no es el único en su pueblo. Otros contagiados con Covid no tuvieron más remedio que irse al campo y permanecer solos en cabañas improvisadas