Ludwig Eisenbock tiene 72 años, es alemán y un amante de los viajes por Argentina. En los últimos días decidió ayudar con $400 mil con el policía Luis Chocobar, quien fue condenado por matar a un ladrón.
“Para mí es un héroe, Argentina necesita de muchos como él”, afirmó Eisenbock desde su casa en Münich, donde se dedica al negocio inmobiliario y considera que «la víctima podía haber sido yo».
Ludwig siguió atentamente el caso Chocobar, que cobró relevancia por salir en defensa del turista norteamericano Joe Wolek y matar a su agresor Juan Pablo Kukoc de dos balazos.
«La noticia me atrapó desde el primer momento que la leí. Hace unos días, cuando Chocobar fue sentenciado a dos años de prisión en suspenso, lo que me dio mucho enojo y tristeza», dijo.
Chocobar está inhabilitado por cinco años para ejercer como funcionario público y tiene un embargo vigente nominal, que no puede pagar por falta de bienes.
Es por eso que se inició una colecta por Internet que superaba los 2.5 millones de pesos que irán destinados a la flamante Fundación Chocobar, que tiene como objetivo principal brindar asistencia legal, técnica, psicológica, médica, sanitaria, social, alimenticia y económica a los miembros de las fuerzas de seguridad de todo el país.
¿Por qué su devoción hacia el agente bonaerense?
«Porque la víctima podía haber sido yo, también soy como aquel turista, un fotógrafo aficionado que había estado en La Boca unas semanas antes, por eso me afectó tanto. Entiendo que Chocobar se excedió y lamento que no hubiera llegado un minuto antes a la escena del ataque, ya que hubiera podido reaccionar con los atacantes in fraganti y de manera legal».
Nacido en Münich, Ludwig recuerda que la primera vez que llegó a la Argentina fue en 1983: «Venía desde Alaska con mi moto por la Panamericana y me propuse llegar hasta Ushuaia. Me enamoré de la Cordillera de los Andes y de unas vistas panorámicas únicas, desde entonces, viajé cada vez más seguido hasta que empecé a sentir algo fuerte por el país. Argentina me dio mucho, los mejores recuerdos de mi vida están allí, comidas, amigos, mujeres, tanguerías, disfruto bailar el tango. Por todo esto decidí ayudar a Chocobar, porque yo quiero sentirme más seguro cuando esté allá«.
Soltero, sin hijos, con una novia boliviana en San Juan, Ludwig vuelve sobre sus pasos: «Sí, okey, la reacción de Chocobar pudo haber sido un error, pero él no tuvo tiempo de pensar, él salió en defensa de ese turista porque hay un Estado ausente que a mí como turista que invierte en Argentina no me protege. Se necesitan muchos Chocobar para terminar con la delincuencia, con los motochorros, que son un mal endémico y sin solución«.
«Me han asaltado en varias oportunidades y hace un mes a mi casa de San Juan la vaciaron, entraron rateros se llevaron artículos por un valor cercano a los 4.000 dólares y eso sucedió porque no había un Chocobar que defendiera mi propiedad«, detalló desde Alemania.
«Si bien no me siento un argentino más, tampoco me siento extranjero en la Argentina, por eso creo que moralmente siento que no puedo mirar para otro lado», cerró Ludwig.
La palabra de Chocobar
«La verdad es que no me esperaba que alguien de otro país, tan lejano de nuestra realidad, pueda primero enterarse qué pasó, cómo fueron los hechos y luego tuviera la delicadeza de pensar en mi. Si bien me da mucha vergüenza recibir plata, aprendí a aceptarlo dejando el orgullo de lado».
Fuente 0291 y el sol