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Cuáles son las diferencias entre Ibuprofeno y Paracetamol

Qué caracteriza a cada fármaco y en qué casos usarlos

El Ibuprofeno y el Paracetamol son dos de los medicamentos más usados y que, en ocasiones, se usan indistintamente para tratar todo tipo de dolores. Aunque tienen cosas en común, no son iguales y un mal uso de ellos puede ocasionar problemas de salud, sobre todo en aquellos en los que alguno de estos fármacos esté contraindicado.

Lo primero que hay que saber es que el Ibuprofeno es analgésico, antiinflamatorio y antitérmico, es decir, que sirve para tratar el dolor, desinflamar y bajar la fiebre. Por su parte, el Paracetamol sólo es analgésico y antitérmico, por lo que no desinflama.

El Ibuprofeno se indica para tratamiento del dolor de intensidad leve a moderada, incluida la migraña; de la fiebre y para el alivio sintomático de patologías que cursan con inflamación, como la artritis, espondilitis anquilosante y la inflamación no reumática, así como el alivio de la sintomatología de la dismenorrea primaria. En cuanto al Paracetamol, se utilizaría para el tratamiento sintomático del dolor de intensidad moderada y estados febriles.

Otra diferencia es la manera de metabolizarse en el cuerpo: el Paracetamol lo hace a través del hígado, mientras que el Ibuprofeno a través del riñón. De ahí las contraindicaciones: el primero está contraindicado en pacientes con hepatología (enfermedad del hígado) y el segundo, como otros antiinflamatorios, en pacientes con nefropatía (enfermedad del riñón).

Además, la vía de absorción también cambia. Mientras que el Ibuprofeno es gastroenteroerosivo, el Paracetamol no lo es, por lo que pacientes con antecedentes de úlcera o sangrado gástrico así como con enfermedad inflamatoria intestinal deberán evitar los que contengan antiinflamatorios.

En cuanto a la seguridad el perfil también es diferente, el Ibuprofeno tiene riesgo gastrointestinal y no debe usarse en pacientes con úlcera activa y, dependiendo de la persona, deberá usarse junto con un protector gastrointestinal. Además, tampoco debe usarse en pacientes con disfunción renal o hepática. Por su parte, el Paracetamol está más relacionado con daño hepático.

Para el dolor de cabeza, ambos pueden usarse por tener efecto analgésico aunque el uso de Ibuprofeno puede ser más eficaz en determinados tipos de migrañas, por tener efecto antiinflamatorio.

En resumen, en procesos febriles o en dolor leve o moderado se pueden usar los dos, pero, como antiinflamatorio, solo el Ibuprofeno. El paciente sabrá que está pasando por un proceso inflamatorio cuando tenga alguno de estos síntomas: eritema, calor, hinchazón, dolor y pérdida funcional.

Así, la fórmula perfecta para usar uno u otro en caso de no existir contraindicación alguna sería: Paracetamol en procesos con dolor e Ibuprofeno en procesos inflamatorios que provocan dolor.

En ocasiones, los médicos aconsejan alternar su uso en determinados procesos, como la fiebre. Se usan indistintamente mediante el concepto de medicación de rescate, es decir, en síntomas como fiebre alta o inflamación o dolor importante (fracturas).

Son dos buenos fármacos que hacen sinergia, es decir, los dos juntos suman y potencian el efecto analgésico y antitérmico del otro, por eso, cuando tenemos fiebre y no cede en 3 o 4 horas o un dolor que no remite, podemos tomarlos alternados y sin esperar a que pase el tiempo para que se haya metabolizado completamente y repetir dosis. La vida media que tienen ambos medicamentos también es diferente y por ello se puede utilizar el Ibuprofeno cada 6 u 8 horas y el Paracetamol cada 4 o 6 horas.

Por contra, no sería recomendable usarlos para tratar un mismo dolor de forma crónica por el fenómeno de tolerancia, es decir: Un uso continuado y crónico de estos fármacos conllevarían mayor dosis para conseguir el mismo efecto.

Fuente: Cuidate Plus

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