«Recién me pasó algo que quiero compartir. Hace un par de días tropecé en casa y me hice un chichón en la ceja, que unas horas después me dejó los dos ojos morados. (Sí, malísimo… Menos mal que fue en cuarentena y no en el medio de un rodaje)», comenzó diciendo la actriz.
Y continuó relatando en su cuenta de Instagram: “El tema es que hoy tuve que pedir un par de cosas a la farmacia (estoy con hijo y no puedo ir yo). Cuando vino el repartidor, intenté no mostrar mucho la cara, un poco por coquetería y otro poco para ahorrarle la impresión, pero en algún momento cruzamos miradas brevemente».
«Terminó de entregarme el pedido y se fue. A los cinco minutos volvió y tocó el timbre. ‘Perdoname, quiero saber si estás bien. ¿Necesitás ayuda?’. ‘Uy, ¿te preocupaste porque estoy moretoneada? Me golpeé yo, como una boluda’. ‘¿Estás segura?’. ‘Sí, te lo prometo. Te lo juro’, contó sobre el diálogo que tuvieron.
“Cuando se quedó un poco más tranquilo y nos estábamos despidiendo, me agarró una emoción tremenda y le dije: ‘Che, es muy importante y hermoso esto que hiciste. Gracias’. Y me quedé pensando: ojalá todxs fuéramos así en el mundo», explicó la actriz.