Quienes cuenten con una cuenta bancaria y, por ende, con una tarjeta de débito están familiarizados con la gimnasia de utilizar el cajero automático para extraer dinero, pagar servicios o incluso realizar una transferencia.
Si bien en términos generales las máquinas dispuestas por los bancos suelen operar con normalidad, hay ciertas excepciones que pueden transformarse en un verdadero padecimiento para el usuario: la retención del plástico.
La exasperante traba es más común de lo que se cree y se produce por algún defecto en la tarjeta, un problema del propio banco o una medida de seguridad que interrumpe el servicio y la retiene.
Para aportar calma a quienes padezcan este tipo de contratiempo, cabe señalar que los cajeros automáticos poseen un compartimiento especial para estos casos. Es decir, la tarjeta queda resguardada a salvo dentro de las entrañas del artefacto expendedor y únicamente puede ser removida por personal autorizado.
En caso de que el cajero “trague” su tarjeta, lo primero que debe hacer es identificar cuál es la red con la que opera la máquina y en qué sucursal bancaria se produjo el desperfecto. En Argentina sólo operan las redes Link y Banelco.
Si el cajero automático emite un comprobante que informa la retención del plástico, la persona puede acercarse a la entidad bancaria con el papel y su Documento Nacional de Identidad (DNI) para recuperar su tarjeta.
Al mismo tiempo, el usuario tiene la opción de comunicarse telefónicamente tanto con Link como con Banelco, que ofrecen líneas que funcionan las 24 horas. El número de teléfono de Banelco es 4320-2500 y 4319-5465 el de Link. Una vez realizada la denuncia, deberá esperar instrucciones por parte del asistente de cualquiera de las dos empresas.
Sin embargo, existe otro escenario en el que el aparato retiene la tarjeta pero no escupe un recibo indicativo. Los pasos a seguir por el consumidor son los mismos que se mencionaron antes: llamar de inmediato a la red correspondiente para explicar la situación.
Una vez alertada la compañía de servicios interbancarios correspondiente, el sistema bloquea el plástico y en un espacio de 10 días la entidad bancaria a la que pertenece la tarjeta está obligada realizar una reimpresión de la misma. En caso de que esto no ocurra, el cliente debe ponerse en contacto con el banco y reclamar por su nueva tarjeta.