Cuando adquirimos huevos de gallina, en ocasiones, pueden aparecer manchas rojas alrededor de la yema o en la clara. Llaman la atención y suelen ser motivo de preocupación, por eso es importante saber si el producto es apto para consumo y si existen riesgos para la salud.
Para conocer si es probable que puedan afectar la salud, es importante saber primero de qué se trata. En síntesis, las manchas rojas en los huevos crudos son restos de sangre, que se deben a la ruptura de algún vaso sanguíneo de la gallina, cuando se formaron en su interior.
Estas rupturas de los vasos se producen en el oviducto, que es el “conducto del aparato reproductor femenino en las aves que conecta los ovarios con el exterior”.
En el caso de la mancha roja que aparece en el interior de la yema, es porque la venita que se ha roto tenía conexión con el ovario de la gallina, por lo que esa gotita de sangre quedó encapsulada antes.
Es importante destacar también que la cáscara que lo recubre se solidifica cuando sale al exterior, es decir, cuando la gallina pone el huevo. Por eso, se trata de un proceso natural y no significa que el ave tenga problemas de salud.
Si aún así, la persona que lo va a utilizar como producto comestible desea no consumir esa mancha roja o amarronada, simplemente, se puede lo retirar o, incluso, puede quitarle toda la clara si así lo desea.
Es importante destacar también que, los huevos están sometidos a un proceso de control, en el que se analizan y, cuando la mancha es de un tamaño mayor, se retiran del mercado. Entre el 1 y el 3% son los que llegan al mercado, siendo en su mayoría de cáscara oscura.
Fuente 0291 y 100