BA.2, la nueva subvariante de la cepa Ómicron del coronavirus, tiene dos síntomas propios a los cuales las personas que contrajeron la enfermedad deben prestar atención.
Una nueva subvariante de la cepa Ómicron del coronavirus apareció en Inglaterra y de a poco va llegando a los distintos rincones del planeta. Se trata de BA.2 (la Ómicron original es BA.1), la subvariante que ya se ha convertido en la dominante en territorio inglés.
Esta nueva subvariante es considerada por los expertos de la salud como más sigilosa que la cepa original de Ómicron y también se propaga con mucha más rapidez. Además, de acuerdo a los profesionales, esta subvariante tiene dos síntomas propios a los cuales hay que prestarles especial atención.
Diversos expertos señalan que estos dos síntomas no suelen aparecerse en personas contagiadas por otras cepas del coronavirus, por lo que terminan siendo prácticamente propios a la BA.2. El Distrito Regional de Salud de Spokane (SRHD), basado en Washington, Estados Unidos, expresó que los pacientes contagiados con coronavirus debían concentrarse en si sentían mareos o fatiga mientras transitaban la enfermedad.
Esto se debe a que estos dos síntomas en particular han aparecido con mayor asiduidad en las personas infectadas por la nueva variante que en el resto de las cepas presentes en la pandemia.
La palabra de los expertos
Francisco Velázquez, oficial de salud del SRHD, señaló que es crucial controlar los síntomas, especialmente los dos recientemente informados. Si bien la fatiga y los mareos también se pueden encontrar con otras cepas, como Delta y el virus original de Wuhan, se está detectando con mayor frecuencia en la BA.2, y los profesionales de la salud advierten sobre la rapidez de la propagación de la subvariante.
“Omicron BA.2 es aproximadamente 1,4 veces más infeccioso que BA.1. El número de reproducción básico (R0) para BA.1 es aproximadamente 8,2, lo que hace que R0 para BA.2 sea aproximadamente 12. Esto lo acerca bastante al sarampión, la enfermedad más contagiosa que conocemos”, señaló en Twitter el profesor Adrian Esterman, epidemiólogo y experto de la Organización Mundial de la Salud.