En tiempos de cuarentena y coronavirus, cualquier cosa sirve para no tener que cerrar. Uno de los boliches más reconocidos de Palermo, “Beatflow”, ubicado sobre la Avenida Córdoba al 5500, no puede abrir por las medidas adoptadas por el Gobierno nacional, lo que hizo que sus dueños tuvieran reflejos rápidos y se reconvirtieran en una distribuidora de frutas y verduras a domicilio.
Pero ahora, en lugar de “Beatflow”, pasó a llamarse “Greenflow”, para estar más en línea con los tiempos que corren. Allí, tras las puertas cerradas, arman los bolsones de frutas y verduras que venden a través de las redes sociales y por teléfono.
“Después de un mes inactivos sin poder generar ingresos, pagar el alquiler y los sueldos de nuestros 30 empleados, le encontramos la vuelta. Es un abismo pasar de estar entre fiestas, presentaciones y música a convivir entre huevos, uvas y zapallos”, explicó en una entrevista Irina Capponi, una de las propietarias del boliche, que dejó el horario nocturno para atender de 10 a 22 horas.
Y agregó: “Nos estábamos endeudando con el alquiler y los gastos fijos entonces salimos a buscar la forma de subsistir. Sabemos que los bares, restaurantes y comercios de este rubro van a ser los últimos en poder volver a funcionar. Y cuando reabran sus puertas tampoco sabemos de qué manera será”.
“Me levanto a las 5 de la mañana para buscar mercadería, antes me iba a dormir a las 6«, finalizó.
Fuente:cucinare