La actriz frenó a un hombre que le propinó un comentario fuera de lugar mientras realizaba las compras.
Flor Torrente atraviesa un momento doloroso tras la perdida de uno de sus perritos apodado Kun Fú, quién falleció de un cáncer en la última semana. Por este motivo, el otro perro de la actriz se encuentra triste y desanimado ante la falta de su compañero.
Así que la actriz, junto a su pareja, no dejan a Norberto solo en ninguna circunstancia. Sin embargo la hija de Araceli, tuvo un encontronazo en la verdulería mientras realizaba las compras junto a su perrito y un hombre le propició un comentario fuera de lugar.
“Voy a la verdulería, con Norberto, a upa, porque no lo podemos dejar solito porque está triste y caiducho porque se murió su compañero. Y mi novio se va a otro lado a comprar cosas. Mientras yo estaba con Norberto, con el celular chequeando lo que tenía que comprar y embolsando las verduras, pasa un señor de 50 años y me dice: “¿Tenes que traer el perro a la verdulería”? , comezó contando la actriz que siguió el relato diciendo: «Decidí callarme”, mientras respiraba hondo al recordar la indignación.
“Luego, pasaba y se reía porque claro, yo hacía malabares. Y finalmente, cuando estoy pesando la verdura, el chico que me la pesaba me pregunta: ¿Y el perrito? Y le digo que se lo dejé a mi novio porque no podía con todas las cosas juntas.
Y salta este señor atrás y dice: “Ah, típico de minas, se compran un perro, lo traen a comprar y después se lo encajan al marido”, exclamó.
Pero esta vez, la actriz no eligió el silencio y seleccionó sus palabras para responder con altura y sin agravios el comentario de este señor que repitió sus palabras no una, sino tres veces, hasta que consiguió la respuesta de Flor.
¿Sabes qué? Yo no te tengo por qué explicar las cosas. Porque si le tengo que explicar le tengo que decir porque se me antoja, porque el perrito está triste porque se le murió el hermano. Ocúpese de su vida, señor”, lanzó pero la cosa no terminó ahí.
“El tema es que después me dijeron: “Ay, qué carácter”. No claro, yo tolero todas las pelotudeces que me tenes que decír y después la del carácter soy yo. Y le dije no, carácter no. Temperamento. Y siempre voy a decir lo que pienso y con respeto, mientras haya respeto del otro lado”, reflexionó y cerró con un consejo: “Por eso, moraleja: basta de tolerar. Sí trabajemos mucho nuestra respuesta. Yo estoy en ese proceso porque aprender y mejorara siempre. Volveré más calma en un rato”, concluyó en sus historias.
Fuente 0291 y filo