«El juego del calamar» se volvió la serie más exitosa de Netflix. La producción surcoreana muestra cientos de personas con dificultades económicas que aceptan una extraña invitación a un juego de supervivencia.
Aunque su consumo está recomendado para mayores de 16 años, la hiperconectividad hizo que muchos chicos accedieran a este contenido sin acompañamiento de adultos responsables; y luego replicaron características del juego en las escuelas.
Sin embargo, especialistas admitieron que jóvenes presentaron angustia o ansiedad tras ver el Juego del calamar. «Una madre contó que su hijo no estaba pudiendo dormir y estaba nervioso», explicó Romina Cavallo de Cibersegura en la Mesa Dominguera (93.1).
«La serie desafía más a las familias que a los más chicos. Como padres, tenemos que conversar y poner límites si tienen menos de 16 años. Acompañarlos y escucharlos, porque quizás tienen cosas para decirnos y no nos damos cuenta», manifestó Cavallo.
Por último, aclaro que «no porque el niño vea series o juegos violentos, va a ser violento. Aunque no hay que naturalizar la agresividad», cerró la representante de Argentina Cibersegura en Bahía Blanca.