Un pedido de diálogo que llega en el peor momento de la relación Nación-Ciudad. La decisión del Presidente de suspender por 15 días la presencialidad en las escuelas -entre otras restricciones que incluyen la nocturnidad- lo enfrentó directamente con el gobierno porteño. Ahora ambas partes deben volver a ponerse de acuerdo si el objetivo es endurecer las medidas.
«No se consigue una cama en la Ciudad de Buenos Aires hoy», lanzó el domingo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, con lógica de arenga, al advertir que «muchas clínicas de obra social o prepaga del conurbano empiezan a atender a porteños». «Desde hace 15 días, si necesitás conseguir una cama en la Ciudad tenés un problema y eso es testimonial, no estadístico”, avisó, en declaraciones a Radio 10.
Coinciden entre los intendentes del peronismo. “Los que piensan de manera errada son los de la Ciudad, y casi exclusivamente”, señalaron desde uno de los ministerios del gobierno nacional con más sinergia con los municipios del conurbano. “En todos lados se recibe gente que viene rebotando en ambulancias de las clínicas de Capital”, contabilizaron.
No pareciera haber entre los funcionarios de Alberto un ánimo de conciliación con el gobierno porteño. “En casos nuevos son récord, en muertos son récord, en duplicación por determinada cantidad de días son récord; los locos son ellos, están en campaña permanente”, se quejan en la Casa Rosada, donde afirman que tampoco hay señales claras de una pronta reunión con la Ciudad, aunque el tiempo apremie no sólo por la situación sanitaria sino por la finalización del plazo del último Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).
El planteo de los intendentes
En la misma línea del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, que pide un cierre total y programado para el AMBA, los intendentes del PJ apuestan a limitar aún más la circulación y torcer la voluntad de la Ciudad. “Si esto sigue creciendo, se van a tener que tomar medidas más restrictivas, pero acompañadas de una coordinación con Capital”, indicaron a este portal desde uno de los municipios populosos del sur del conurbano.
Para los jefes comunales, que tienen diálogo permanente con el gobernador Axel Kicillof a través de la plataforma Zoom, “no sirve de nada si avanzamos en restricciones y Ciudad sigue liberando todo; estamos a 10, 20 minutos”.
Consciente de la problemática social, los intendentes tienen un pedido para la Nación: plantean que, de implementarse eventuales nuevos cierres, tienen que estar acompañados de un apoyo económico porque la situación no resistiría más inactividad.
Si bien admiten que ese último punto “no está definido” en el Gobierno, los municipios avisan que la asistencia tiene que estar en la línea de los ATP e IFE otorgados durante el año pasado; las medidas que rigen actualmente, como aumento de Asignación Universal por Hijo y Repro, son vistas como más “quirúrgicas” en el territorio, donde se necesita algo más amplio.
Los jefes del conurbano se suman a las críticas al gobierno porteño y afirman que incluso los ejemplos que ponen los propios funcionarios de la Ciudad para mantener actividades “no sólo no funcionan, sino que los casos crecen”, por lo que la situación no presenta otro margen de acción que no sea el cierre.
También se quejan de que las discrepancias con la Capital responden más a una interna de Juntos por el Cambio que a un abordaje técnico de la situación sanitaria. “Todo el AMBA tiene que sostener esto porque ellos no resuelven con el ala dura”, apuntan en referencia a la posición aperturista de Mauricio Macri, Patricia Bullrich y los diputados del Pro, que choca contra la moderación de Rodríguez Larreta, habitual aliado de Alberto Fernández y Kicillof en el AMBA.
Si bien entre los intendentes de la zona reconocen que “debería haberse cerrado todo desde hace un tiempo”, la mayor expectativa está puesta en el operativo de vacunación.
Cuenta regresiva
Mientras siguen estas discusiones, el tiempo apremia al Gobierno porque el viernes 30 vence el DNU presidencial que dispuso para el AMBA la suspensión de la presencialidad de las escuelas, la restricción nocturna entre las 20 y las 6 y la prohibición de actividades sociales y culturales en espacios cerrados. ¿Se prorrogarán esas medidas o habrá más cerrojo sobre la circulación?
En el último intercambio por Zoom con Kicillof, los intendentes insistieron en la idea de volver a cerrar el AMBA, una suerte de regreso a la fase 1 pero de modo “inteligente”. El argumento: tanto los municipios como la propia Ciudad están “explotados” con la ocupación de camas, a tal punto que algunas ciudades están poniendo en marcha centros de aislamiento.
Este dilema debe ser resuelto por las partes en el transcurso de esta semana, antes del vencimiento del plazo del último DNU -y con un fallo de la Corte Suprema sobre presencialidad en las escuelas porteñas que llegará eminentemente tarde.
Mientras tanto, los datos de este domingo arrojaron 6.820 casos en la provincia de Buenos Aires y 2.701 en la Ciudad.
Con esa cifras, el gobierno de Kicillof y gran parte del conurbano no sólo quieren volver a cerrar, sino que buscan asegurarse de que la Ciudad “no siga abriendo”. Rodríguez Larreta, por su parte, hace fuerza para mantener en pie la mayor cantidad de actividades posible. Más allá del resultado de la negociación, los intendentes del PJ saben que se trata de una discusión que, se resignan, “a esta altura del campeonato no debería tener lugar, y más con este número de casos”.