Hay dos propuestas similares en Diputados para rechazar la modalidad de comunicación con lenguaje inclusivo en las escuelas y en el Gobierno.
El Gobierno promulgó la ley de Equidad de Género en los Medios de Comunicación con el objetivo de promover la difusión del denominado “lenguaje inclusivo”. Sin embargo, en el Congreso se presentó un nuevo proyecto en rechazo a esta modalidad de comunicación.
La senadora por La Rioja Clara Vega presentó un proyecto para prohibir el uso del “lenguaje inclusivo” en los documentos oficiales y por parte de sus autoridades nacionales. La medida también aplicaría a los establecimientos educativos de todos los niveles.
Sin embargo, no es la primera vez que se presenta esta iniciativa. El mes pasado, dos abogadas con la adhesión del constitucionalista Félix Lonigro ingresaron en la Cámara de Diputados una propuesta de prohibición del lenguaje inclusivo. Previamente, el legislador Alberto Asseff había presentado una propuesta para “erradicarlo“.
La legisladora dijo que “la inclusión no tiene relación alguna con la marca morfológica del lenguaje español”. En ese sentido, argumentó: “Necesitamos que se concentren los esfuerzos para igualar oportunidades en cuestiones que tengan impacto real y dejen de desviar la atención de la ciudadanía”.
También resaltó que las situaciones de inequidad y violencia por motivos de género “fueron profundizadas por la pandemia hasta alcanzar niveles alarmantes”. “En un país donde ocurre un femicidio cada 30 horas, no hay tiempo que perder”, reclamó.
Recientemente, las abogadas Patricia Alejandra Paternesi y Cynthia Roxana Ginni con la adhesión de Félix Lonigro, presentaron el proyecto de “prohibición del lenguaje inclusivo”. La iniciativa busca impedir que se utilice “x”, “e”, “@”, etc, empleado para reemplazar el uso del masculino cuando es utilizado en un sentido genérico.
En tanto, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) presentaron el “Libro de estilo de la lengua española según la norma panhispánica”. En el primer capítulo expresa su oposición al uso del lenguaje inclusivo.
Incluso argumenta que es “innecesario la inclusión del doble género”. Es decir, “todos y todas”, así como el uso del llamado “lenguaje inclusivo” que utiliza “x”, “@” o “e” en lugar del plural, es decir, “todxs”, “tod@s” o “todes”.