Por segundo año, cielo y mar fueron el marco ideal para vivir dos tardes donde el tango fue protagonista y anfitrión de un lazo cultural que crece y se consolida para convertirse en un clásico.
Pasadas las 21 h del domingo 11 de diciembre, Día Nacional del Tango, finalizó la segunda edición de Puerto Tango, el Festival de música ciudadana impulsado por el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca tras la iniciativa de su presidente Federico Susbielles y dirigido por el gestor cultural José Valle.
Se presentaron cinco horas diarias de programación con una grilla de artistas en la que primó la juventud, el dinamismo y el género femenino. Con la conducción de Mariana García y Paola Marco, el sábado se inauguró una plaqueta en el monumento que evoca a Roberto Achával; la misma cuenta con un código QR que direcciona a los curiosos a la biografía del cantor.
El evento comenzó con un merecido homenaje a José Ángel Trelles, cantautor que se desempeñó en la orquesta de Ástor Piazzolla y permanecerá en la memoria de los argentinos por su valiosa obra. Trelles había fallecido hacía apenas unas horas. Luego, la cantante whitense Andrea Bohn fue la encargada de inaugurar el Festival.
En ambas jornadas se presentaron estudiantes de la carrera de Canto Popular del Conservatorio Provincial de Música Leonela Vogel, Marianela Settimi, Juliana Silva y Aldana Arribas. También participó el dúo de Luján Hernández y Julio Marino bajo el nombre de “Sopermi”. Las hermanas Sofía y Lucía Pagella incursionaron en tangos de principio de siglo con versiones renovadas, tangos de la época dorada y obras de compositores contemporáneos, además de adaptaciones de otros géneros al 2×4, para demostrar que la producción en el género no se ha detenido.
El festival contó con bailarines como Karla Guidi-Miguel Bravo, Victoria Cuadrado-Enzo Somoza, Gustavo Rodríguez-Laura Borelli y Beckÿ Navarro-Lucas Robañera. Las piezas escogidas reflejaron la renovación que se vive en las pistas y que mantiene vivo al tango desde la primera hora; la danza fue el recreo visual de los presentes, ejecutada con destreza, elegancia y buen gusto.
Dos jóvenes talentos que hicieron su presentación oficial como dúo frente al gran público tanguero fueron Fiorella Guidi (voz) y Alejandro Pereyra (bandoneón) quienes ofrecieron una exquisita performance de tangos y valses clásicos.
La primera visita que llegó desde Buenos Aires fue la del cantautor Martín Alvarado, quien ofreció clásicos y obras propias acompañado por su propia guitarra.
No faltaron solistas y agrupaciones consagradas: el trío La Viaraza, integrado por la cantante Ana Munuce, el guitarrista Quique Lorenzi y la flautista Adriana Fernández; las cantantes Rosana Soler y Nora Roca junto al pianista Víctor Volpe y Pablo Gibelli con Jorge Vignales.
El cierre musical de la primera jornada estuvo a cargo de dos artistas de La Falda, Córdoba: Mauricio Martínez (guitarrista y arreglador) y Lisette Grosso (bandoneonista y cantante), integrantes fundamentales del cuarteto Contramano Tango 4. Piezas clásicas en interpretaciones del siglo XXI cedieron espacio a los bailarines en una milonga abierta al público liderada por Gustavo Rodríguez y Laura Borelli.
Durante el festival se reconoció la trayectoria del mencionado bailarín y a la cantante Nora Roca, a Florentino “Tino” Diez, al coleccionista Carlos Benítez y a la bailarina María Rial.
El domingo comenzó con el Ballet Amigos por el Tango dirigido por María Rial y Jesús Infante. Otra novedad en el escenario fue la conjunción de lengua de señas ofrecida por el coro “Manos danzantes”, dirigido por Tamara Robin acompañando interpretaciones de la cantante Paulina Salinas; además de disfrutar del espectáculo, la participación abrió un espacio de reflexión e inclusión aplaudida fervorosamente por el público.
El talento al piano llegó de la mano del concertista Fernando Balestra quien ofreció piezas de Piazzolla, Di Sarli y clásicos valses criollos versionados con arreglos propios y una perfección técnica admirable.
Luego fue el turno del cantor criollo, Alfredo Romero “Romerito”, quien conjugó la canción criolla en su repertorio. Otros solistas presentes fueron Cristina Marinissen, la pequeña Mili Sayen de once años que resultó ovacionada de pie por los presentes, Homero Bimbo que regresó al género que lo vio nacer como artista y el experimentado Osvaldo Rojas acompañado en guitarra por Quique Lorenzi.
También estuvo el Coro Santa Cecilia Dirigido por Hugo Mazzucco, agrupación multitudinaria con 18 años de trayectoria que conjuga diferentes géneros nacionales, destacándose en canciones populares. Un hecho inédito en los festivales de tango fue el preludio del cierre: un stand up tanguero a cargo de Flavia Majluf, que incorporó humor y distensión al anochecer.
Finalmente, para coronar un mensaje que acompañó el diseño de Puerto Tango en toda su programación, el trío Muñecas Bravas integrado por Patricia Malanca, Gaby La voz sensual del Tango y Valentina Etchebest en esta ocasión, acompañadas por Gisela Grégori al piano, dio cátedra de deconstrucción en un género históricamente juzgado por el rol otorgado a la mujer. Obras clásicas utilizadas para ejemplificar un tango que pasó y otras nuevas, muchas de autoría de las propias intérpretes como “Las tres bravas”, “India de tango” u “Otra chica muerta”, y otras de autores contemporáneos como Ugo Ceria-Blas Rivera o Verónica Bellini mostraron fuerza arrolladora con la que pisan hoy las mujeres en el género.
El Festival Puerto Tango y toda la actividad cultural desarrollada durante el año en el paseo portuario, posicionan al Puerto de Bahía Blanca como un faro cultural para la ciudad y la región.