Fotógrafo japonés captura encantadoras fotografías de un suricato bebé bastante tímido y a su familia en un parque natural en Tokio, Japón
Un fotógrafo japonés conocido en Twitter como mamekoro51 posee el pasatiempo más adorable que puedas imaginar. Él disfruta tomar una gran cantidad de fotografías de pequeños animales bebés de diferentes especies; los resultados son encantadores.
Durante una visita que realizó al Parque Cultural Natural Inokashira en la ciudad de Musashino en Tokio, el fotógrafo y fiel enamorado de los animales se topó con una encantadora familia de suricatas que tenían pequeños recién nacidos.
Uno de ellos cautivó al fotógrafo, ya que se notaba un poco tímido frente al lente de la cámara.
El encantador suricato bebé se asomaba tímidamente detrás de una pared. El pequeño y curioso animalito parecía tener un poco de miedo al principio.
Pasado un tiempo, se sintió algo más tranquilo y salió de su escondite como un joven y travieso bebé explorador.
La suricata es un hábil excavador, que puede crear múltiples entradas para unos espacios que solamente abandona durante el día. Las colonias de suricatas alcanzan los 40 individuos, su tamaño oscila entre los 25 y 35 centímetros; la cola suma alrededor de 20 centímetros más. Su color es gris, tostado o marrón con vetas plateadas.
El pelaje de las suricatas se densifica en el dorso, lo cual constituye una herramienta termorreguladora que le ayuda a acumular el calor solar y diurno, una de sus principales características. Este calor “almacenado” se va liberando progresivamente cuando descienden las temperaturas.
Este pequeño animal con apariencia traviesa proviene del desierto de Kalahari en Botswana, en gran parte del desierto de Namib en Namibia y en el suroeste de Angola y Sudáfrica.
Estos animalitos en cautiverio tienen un promedio de vida de entre 12 a 14 años, y aproximadamente la mitad de este tiempo si se desarrollan en la naturaleza.
Los suricatos mayores cuidan a los más jóvenes del grupo. Las hembras que no han tenido descendencia propia pueden lactar y alimentar a las crías de la pareja alfa y también los protegen de las posibles amenazas, que incluso ponen en peligro sus propias vidas.
Las suricatas aprenden por imitación, observan detenidamente el comportamiento de los adultos para después replicar su comportamiento. Por supuesto, los adultos también participan al instruirlos en algunas cosas.
Un ejemplo podría ser cuando les enseñan a sus cachorros cómo comer un escorpión venenoso; el adulto quitará el aguijón y le indicará al cachorro cómo manejar correctamente a la criatura.
Pero no todo es dulzura y paz, los suricatos a veces matan a los miembros jóvenes de su manada. Se conoce casos de suricatas matando a la descendencia de miembros más antiguos con el fin de mejorar la posición dentro del grupo de su propia descendencia.
Esta especie llega a la madurez sexual alrededor de los dos años de edad y pueden tener de uno a cuatro bebés en una camada, permitiendo que los cachorros salgan de la madriguera a las dos o tres semanas de nacidos.
El parque de Inokashira donde se tomaron estas encantadoras imágenes, se encuentra en un suburbio reconocido de Tokio. Allí reside una gran variedad de especies japonesas además promueven a la conservación y cría de ardillas, patos mandarines y cisnes japoneses.
El parque posee también un hermoso estanque, un jardín botánico y el Museo Seibo Kitamura, llamado así en honor a un escultor japonés.